Refugios de mujeres, con retraso de presupuesto público
Los refugios para mujeres tuvieron un retraso significativo en el ingreso de fondos durante este año; esperan que en 2023 no vuelva a suceder
La entrega del presupuesto público 2022 para albergues y centros de atención para mujeres víctimas de violencia continuó presentando conflictos en los últimos meses. Ante la situación, varios de los refugios de la Red Nacional temen que se vuelva a repetir en 2023, poniendo en riesgo su funcionamiento.
En un país en el que las cifras superaron los 700 feminicidios en tan solo 10 meses, los refugios para víctimas de violencia extrema suponen una oportunidad para miles de mujeres de continuar con vida y seguir adelante; más cuando las agresiones son ejercidas por parte de familiares.
Han pasado pasado cinco meses desde que El País informó sobre la problemática que representa el retraso de fondos públicos por parte de la administración del presidente López Obrador, que pone en peligro la existencia de estas instituciones que respaldan y protegen a las mujeres.
Sin embargo, la Red Nacional de Refugios (RNR) reportó que algunos espacios recibieron sus fondos hasta octubre.
En entrevista para N+, Wendy Figueroa, directora de la RNR, explicó que los recursos federales deben de llegar en marzo; pero este año comenzaron a reflejarse lentamente en junio y julio, afectando a espacios de todo el país.
“Los primeros seis meses del año la mayoría de los espacios operó sin el dinero de la administración pública federal, incluso hubo tres que lo recibieron hasta octubre”, detalló.
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Los refugios especializados para víctimas de violencia extrema son respaldados por el Gobierno Federal, pensados como espacios para que se pueda prestar protección a mujeres y sus hijas o hijos en caso de ser necesario.
Algunos de los servicios especializados que se ofrecen en estos espacios, de forma totalmente gratuita, son:
- Protección y seguridad
- Hospedaje
- Alimentación
- Vestido y calzado
- Atención médica
- Asesoría jurídica
- Atención psicológica
Si bien algunos de estos espacios son operados por instituciones públicas como el DIF, otras tantas son manejadas por organizaciones de la sociedad civil, que han tenido que pedir préstamos a bancos para continuar en funcionamiento.
Cabe señalar que el presupuesto otorgado por el gobierno no solo ayuda a mujeres que necesitan de protección tras vivir situaciones que pusieran en riesgo su vida, pues también dependen de él aquellas mujeres que trabajan para brindarles un servicio óptimo, como psicólogas, enfermeras y abogadas; además de las necesidades básicas como agua, luz y gas.
“Para no cerrar y seguir ofreciendo el servicio tuvimos que usar el fondo que teníamos reservado para los primeros tres meses de 2023. Haber usado ese fondo pone en riesgo la operación para el primer trimestre”, declaró a N+ Marilu Rasso, directora del refugio Espacio mujeres para una vida digna libre de violencia.
Los refugios esperan que la situación no se repita en 2023, pues, en palabras de Rasso, no solo está en riesgo el ingreso de nuevas mujeres, sino la permanencia de las que ya están recibiendo ayuda y de también de menores de edad. RM
Con información de N+.
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