Después de ocho meses de haber anunciado el negocio de compra de la refinería, Deer Park, en Texas, de la que hasta hoy Shell era la socia mayoritaria, el gobierno de México cerró el trato y concluyeron los trabajos de recepción y entrega, así como el pago de 596 millones de dólares que se acordaron para adjudicarse el 50.005% para tener el 100% de las acciones y convertirse Pemex en el dueño total del inmueble y de las operaciones.
Sin embargo, las letras chiquitas de la compra obligan a Petróleos mexicanos (Pemex) a adquirir el petróleo a Shell para abastecer a Deer Park por lo menos los próximos 15 años, situación que podría desbalancear la autosuficiencia proyectada por el gobierno de México, ya que ha planeado no exportar ni importar para el siguiente año petróleo crudo, sino procesar toda la producción para obtener los combustibles que requiere el país.
De acuerdo con un documento divulgado por la administración de Andrés Manuel López Obrador, después de cerrar el trato, ya como dueño, Pemex tuvo su primera reunión de Consejo de Administración de Deer Park, la que fue conformada por Ulises Hernández Romano, director general de PMI Comercio Internacional; Víctor M. Navarro Cervantes, director corporativo de planeación y desempeño; Marcos M. Herrería Alamina, director corporativo de administración y servicios; Jorge L. Basaldúa Ramos, responsable de Pemex Transformación Industrial y Manuel Flores Camacho, director general de PMI Norte América.
Además del pago acordado, la paraestatal habría desembolsado otros 596 millones de dólares para sanar deuda que le correspondía, por lo que la refinería comienza también desde cero sus operaciones financieras.
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