Javier Pérez González redaccion@ejecentral.com.mx
En Japón conviven la modernidad y los elementos que a lo largo de los años le han permitido convertirse en una de las principales potencias del mundo.
Entre las calles transitadas por autos eléctricos todavía encontramos en pie, y en muy buen estado, las casas que ocuparon los samuráis y sus familias siglos atrás.
Por eso, pensar en la historia milenaria de este país de lejano oriente nos remite a los samuráis, militares de alto rango que serían a un señor feudal y que estaban a cargo de su protección.
Uno de esos poblados es Sakura, la ciudad del castillo, ubicada en una zona estratégica para la defensa de Edo —antiguo Tokio, actual capital de Japón— y que de 1610 a 1871 gozó de su mayor auge con los guerreros samurái como clase dominante.
34 MINUTOS. Es el tiempo en el que llegarás del Aeropuerto de Narita al pueblo de Sakura
Antes de que emprendas el recorrido, es aconsejable que tomes un tour con guías especializados.
TIP. Horarios para visitar las casas samurái son de 9:00 a 17:00 horas. Los lunes permanece cerrado. Los boletos son válidos para visitar las tres casas más importantes..
Si decides tomarlo, en la ciudad hay un equipo de profesores voluntarios integrados por los mismos habitantes que proporcionan paseos gratuitos, la mayoría en japonés, para los visitantes.
De esta manera conocer este poblado en el que sobreviven tres casas de samuráis —construidas al final del periodo de Edo, que fue conocido por haber restaurado el gobierno imperial japonés— y que están abiertas al público: las antiguas residencias de las familias Kawahara, Tajima y Takei, que son propiedad cultural de las prefecturas de Chiba, Sakura y de la familia Takei, respectivamente.
› Esta es una ciudad ancestral, tierra de guerreros del antiguo Japón, la élite militar que llegó a gobernar por varias centurias; hoy conserva parte de su historia en las casas que habitaron donde se observa su estricto estilo de vida a través de un código de disciplina y honor
La antigua residencia de la familia Kawahara fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII. Algunos estudios históricos revelan que es la más antigua de todas las casas de samurái que quedan en Sakura.
La residencia correspondiente a la familia Tajima fue construida en la primera mitad del siglo XIX, aunque fue renovada en 1990 con el fin de restaurar especialmente la tierra del lado sur de la casa.
La última de estas tres casas, según datos de la prefectura de Narita, fue edificada al final del periodo Edo, pero fue reubicada y restaurada por la ciudad de Sakura en 1996.
La sencillez de la clase guerrera
Al adentrarte en estos sitios podrás transportarte a otra época y estilo de vida. En la época feudal japonesa, el sistema en el que vivían los habitantes de Sakura era muy austero y conforme ascendía el rango del guerrero, lo mismo pasaba con su vivienda, por lo que habían tres tipos de casa samurái que denotaban la clase social a la que pertenecían.
El dato. La cuesta de Hiyodori atraviesa el bosque de bambú y junto al distrito samurái conserva la atmósfera de la antigua Sakura.
En Sakura podrás constatar que cualquier visitante local y extranjero no sólo puede ingresar a las casas de los guerreros con sus respectivos patios y jardines, sino una reveladora experiencia que desafiará su capacidad de asombro.
Una de las peculiaridades que podrás observar está en el tamaño de las viviendas y las comodidades de sus habitantes que aumentaban de acuerdo con el rango que ocupaban en la estructura militar, por lo que las familias de los guerreros preferían no apegarse demasiado a sus hogares, al tener la esperanza de ser promovidos al siguiente nivel.
Pero no todos eran propietarios de sus viviendas, pues eventualmente eran poseídas por el clan del gobierno, lo que explica por qué la mayoría de las casas fueron construidas con materiales baratos y eran tan pequeñas como fuera posible. Una muestra de este es el estilo de vida funcional que llevaban los habitantes de estas casas se constata en los usos que le daban a la tierra, pues los jardines traseros eran usados como huertos.
Lo sorprendente es que todavía se conserva una variedad de árboles frutales como níspero, caqui y la cidra, plantas de té, vegetales, frutas que emergían cada temporada y que en ocasiones sus propietarios ofrecían como regalo a sus invitados.
Otro aspecto de la funcionalidad con la que vivían los habitantes de Sakura está en las fortalezas de sus casas, pues todavía se puede observar que entre la vivienda y la calle establecieron puertas y montículos cubiertos de setos, pinos negros y frisios enanos.
SAKURA, JAPÓN. Costo: promedio para una semana: 2 mil 100 dólares entre hospedaje, alimentos, transporte local y avión.
Estos árboles plantados entre los lotes no sólo delimitaban los bordes de la propiedad, sino que ayudaban a prevenir que se propagara el fuego en caso de incendio. La funcionalidad que ofrecía esta barrera natural también protegía la casa de la la mirada de los transeúntes, incluidos otros samuráis que pasaban montados a caballo.
Historia, arte y cultura en todas partes
Después de conocer las casas de los guerreros, acude al castillo de Sakura, que fue construido como punto focal para la defensa del este de Edo, y que fungió como apoyo administrativo y militar.
Si bien es un sitio ancestral, su establecimiento como ciudad universitaria ocurrió hacia 1843, pues albergó a Juntendo, la principal escuela de medicina occidental y una clínica, abiertas por el médico Sato Taizen.
Por ello tampoco puedes dejar de visitar el edificio conmemorativo que exhibe los textos y el equipo médico que fueron usados en aquella escuela, donde al término de sus estudios, muchos de sus alumnos ocuparon papeles importantes en el área médica de la era Meiji, de 1868 a 1912.
Además de la vida de los guerreros, Sakura nos muestra algo más en el Museo Nacional de Historia Japonesa que nos muestra el folclor y expone la historia y cultura nipona.
¿SABÍAS QUE? En 2016, las cuatro ciudades de Sakura, Narita, Sawara y Choshi fueron declaradas Patrimonio de Japón.
Este sitio se encuentra dentro de las ruinas del Castillo de Sakura que exhibe la cultura asiática, el mundo étnico del pueblo japonés y un fastuoso jardín botánico que sorprenderá a cualquiera. El costo de la entrada es de 420 yenes que equivalen a 72 pesos.
Otra parada que no puedes perderte está en las instalaciones del Museo Arte DIC, Conmemorativo a Kamawara, que alberga más de mil obras de artistas de Japón y de todo el mundo y una serie de piezas icónicas en diversos formatos, además de exposiciones temporales que cambian a lo largo del año.
El museo también incluye obras de arte de grandes artistas del siglo XX y otros menos conocidos.
Entre los nombres que han aparecido en la colección figura Pablo Picasso, Marc Chagall, René Magritte, Wassily Kandinsky, Mark Rothko y Frank Stella.
Esta también es otra oportunidad para deleitarte con las maravillas naturales de Japón, pues alrededor del museo hay un parque de 30 hectáreas con 200 tipos de árboles y 500 especies de plantas y una gran variedad de aves silvestres. El paisaje es tan pintoresco que podrás observar a muchos artistas que se detienen a su paso para dibujar.
Tips. El aeropuerto de Narita también es un sitio de interés.
Si viajas en tren local, puedes tomar la línea rápida JR Sobu desde la estación de Tokio. Keisei opera las líneas Skyliner, Morningliner y Eveningliner, todas ellas conectadas a la de Yamanote.
En las tiendas ubicadas dentro del aeropuerto encontrarás artículos para el viaje, así como refrigerios, souvenirs y otros objetos divertidos. Aquí encontrarás tiendas de electrónica, artesanía japonesa, anime, manga y librerías.
Kabuki Gate es un espacio que ofrece eventos gratuitos todo el año, como demostraciones de ceremonias del té, caligrafía y musicales.
otro atractivo está en los miradores de sus dos terminales, donde podrás relajarte y contemplar el despegue y aterrizaje de los aviones.