La trata de personas es un delito que afecta a las comunidades indígenas de México y Canadá, refirieron representantes de ambos gobiernos, quienes ante esta situación lanzaron un programa que tiene como finalidad incentivar las denuncias y reducir este crimen, en especial en contra de las mujeres.
En el marco de la cooperación entre ambos países en materia de seguridad, la trata de personas tiene un lugar “primordial” en el convenio firmado.
Este programa piloto se implementa en tres comunidades especialmente afectadas por este delito: Casas de la Mujer Indígena “Yoltika” en Tlaola, Puebla; “Kinchik’kan” en Papantla, Veracruz; y “Ve’e Naxihi” en San Quintín, Baja California.
Después de tres años de trabajo, las mujeres indígenas de esas comunidades compartieron los resultados de este programa y fueron reconocidas por el trabajo hecho en la difusión del mismo por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el gobierno canadiense.
Esto debido a que hay un protocolo especializado de atención, así como instituciones y la promesa de cero impunidad en este sentido.
Para el gobierno canadiense, las comunidades indígenas son especialmente importantes, ya que permiten el “acercamiento” con México en diferentes niveles, no sólo en lo económico sino en lo cultural. Esto ha permitido generar redes de confianza y atención especializadas para las comunidades indígenas.
Eso representa un compromiso para ambos gobiernos de escuchar a las comunidades indígenas y ayudar en la solución de las problemáticas que padecen, remarcaron.
BG
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