Habían pasado cuatro meses desde su triunfo en las urnas, aún no asumía la Presidencia de la República, cuando Andrés Manuel López Obrador prometió a los mexicanos un sistema de salud similar o mejor que el de Dinamarca. Pero la promesa no se cumplió ni se cumplirá.
“Estamos trabajando para resolver los problemas, por eso vamos hacia la gratuidad, vamos a tener un sistema de salud —ese es el compromiso— como el de Canadá, Inglaterra, el de los países de Suecia, Dinamarca, Noruega, los países nórdicos, de primera”, fue el compromiso que realizó el 17 de octubre de 2018, desde Tampico, Tamaulipas.
“Vamos a garantizar el derecho a la salud al pueblo de México, pero se lleva tiempo, porque ¿saben quién maneja una parte de los servicios de salud? Los gobiernos estatales”, reconoció; sin embargo, al parecer un sexenio no fue suficiente.
Cada vez que se le cuestionaba, aseguraba que a medio año o al año siguiente estaría concluida, pero este jueves, por primera vez en sus casi cinco años de gobierno, el mandatario reconoció que le falta tiempo para resolver problemas estructurales y acusó, una vez más, a gobiernos del pasado de ser los causantes.
“¿Qué nos falta, señor Presidente?”, le cuestionaron. “Pues un poco más de tiempo y seguir resolviendo los problemas estructurales. Aunque a ustedes no les guste que se hable del pasado, el problema que enfrentamos viene del tiempo en que se busca privatizar la educación, y que se rechazaba a los jóvenes que querían estudiar medicina, se les rechazaba con la mentira que no pasaban el examen de admisión”, respondió.
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El mandatario acusó a dicha política de lo que llama “el periodo neoliberal” de causar la falta de médicos y especialistas en el país; sin embargo, afirmó que esto se está solucionando con la creación de 100 universidades de medicina y enfermería en todo el país, y en las comunidades apartadas.
Para cumplir con su promesa, el mandatario creó el 29 de noviembre de 2019, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que suplía al Seguro Popular creado por Vicente Fox en 2003, que “ni era seguro, ni era popular”, según cuestionaba. Pero este sistema daba cobertura a un catálogo limitado de enfermedades y el servicio era prestado por sistemas estatales de salud, lo que generó un sinfín de denuncias por irregularidades y malos manejos del dinero público.
Pero el Insabi no tuvo mejor suerte. Aunque abrió la atención a todo tipo de afecciones y medicamentos, una mezcla de falta de planeación y estrategia, objetivos ambiciosos faltos de inversión, y el golpe de la pandemia de Covid-19, lo llevaron a la extinción. Tres años y medio después de su creación se decretó su extinción en el Diario Oficial de la Federación.
Un año antes, el gobierno federal ya había dado inicio a su “Plan “B” en materia de salud, la creación del IMSS-Bienestar. En Nayarit, como primera entidad integrada, inició el nuevo esquema para dar servicios de salud, medicamentos y tratamientos de especialidad. Hasta ahora, al menos 15 entidades se han adscrito a este sistema de colaboración, que ofrece el servicio a población sin capacidad contributiva, en extrema pobreza y de profunda marginación. Pero, entre una de las fallas de este nuevo sistema, según denuncias de diversos sectores, es la falta de medicamentos, aunque el presidente López Obrador asegura que es uno de los puntos en los que más se ha avanzado, que ya no hay desabasto médico.
“Mira, ya empezamos con el programa de IMSS-Bienestar, llevamos como 15 estados. Acabo de estar el martes en Hidalgo iniciando el programa. Vamos a ir avanzando, pero donde ya de esos 15 estados, donde empezamos primero, ya tenemos resuelto casi al 100 por ciento el abasto (…) Nos faltan estados que todavía no entran al sistema del IMSS-Bienestar, pero es un proceso. Porque tú me dices: ¿Cuándo? Te digo: Ya”, afirmó.
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