La Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizó una recompra de cuatro bonos con un valor inicial de 800 millones de dólares, por los que tuvo que pagar un extra de 77.5 millones de dólares.
De acuerdo con información de la propia compañía, esta operación adelantada en la recompra de pasivos le generó un ahorro de 20.5 millones de dólares y un ahorro financiero de 146.3 millones de dólares.
La estrategia fue aprovechar el flujo de efectivo por el que está pasando la empresa eléctrica y por la apreciación del peso ante el dólar, lo que es un beneficio redondo para las finanzas de la CFE, pero también para disminuir la deuda externa.
Los ahorros financieros, según la compañía, ayudarán a fortalecer los programas de inversión 2023-2027, que incluyen modernizar, rehabilitar y mantener la infraestructura eléctrica para atender la creciente demanda de energía eléctrica por la relocalización de las empresas.
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El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció a principios de este año que se construirán cuatro parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec para el Corredor Interoceánico, plantas que operará la Comisión, con lo que busca garantizar la energía que necesitará uno de los proyectos más ambiciosos de esta administración.
Según información de la Secretaría de Hacienda, el “nearshoring” o relocalización de las empresas será uno de los ejes de crecimiento económico del país en los próximos años con más de 40 mil millones de dólares en inversiones.
El 3 de agosto pasado, la CFE formalizó un crédito con el Grupo Banco Mundial por 333 millones de dólares a un plazo de 15 años, en los que deberá amortizar parte de la deuda, dinero con el que pretende financiar siete centrales hidroeléctricas y hacer trabajos de rehabilitación en cinco existentes que necesitan una reconfiguración para hacerlas más eficientes.
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