ESTAMBUL, Turquía.- El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se situaba a la cabeza de las elecciones presidenciales de este domingo, según resultados parciales, en las que se enfrenta a una oposición determinada a frenar su carrera hacia la asunción de más poderes la cual denunció una presunta manipulación del resultado. Los electores turcos votaron por primera vez tanto para elegir presidente como para renovar el parlamento al mismo tiempo. Con el 93% de las papeletas escrutadas, Erdogan recababa un 53% de los votos en las presidenciales, por delante de su principal competidor, el socialdemócrata Muharrem Ince, con 30%, según un recuento parcial publicado por la agencia estatal Anadolu. En las legislativas, la alianza liderada por el partido islamo-conservador de Erdogan, el AKP, también lideraba el recuento parcial con 90% de las papeletas escrutadas. Erdogan necesita más del 50% de los votos para evitar una segunda vuelta de las presidenciales, que se celebraría el 8 de julio. Los resultados aún podrían cambiar cuando se abran las últimas urnas.
Se declara ganador
El jefe de Estado turco, Tayyip Erdogan, se declaró ganador tras el avance de resultados preeliminares.
Los resultados no oficiales de las elecciones son claros. Según los mismos, nuestra nación me confió la responsabilidad de presidente de la República”, señaló en sus primeras declaraciones tras la jornada.
A partir de ahora, Erdogan no solo sería el jefe del Estado sino del Gobierno, ya que con esta elección entra plenamente en vigor la reforma constitucional de 2017, con la que se abolió la figura del primer ministro. El candidato del Partido Republicano del Pueblo, Muharrem Ince, pidió a sus seguidores “no dejarse engañar”, argumentando que las autoridades electorales suelen dar primero los resultados de los municipios simpatizantes al oficialismo.
Anadolu manipula. Primero da los resultados de lugares con alto porcentaje de votos para Erdogan. Les pido a los que están en las mesas que no se desmoralicen y no abandonen las urnas en ningún momento”, tuiteó Ince.
Desde el ascenso al poder en 2002 del AKP, Erdogan se ha erigido como el dirigente turco más poderoso después del fundador de la república, Mustafa Kemal, transformando el país con unos megaproyectos de infraestructuras y reformas en la sociedad, liberando la expresión religiosa. Pero sus detractores acusan al “rais” de 64 años de llevar a cabo una deriva autocrática, en particular desde la intentona golpista de julio de 2016, que estuvo seguida de una ola de represión sin merced contra opositores y periodistas y que tensó las relaciones entre Ankara y Occidente. Unos 56 millones de electores estaban llamados a las urnas en estos dobles comicios, especialmente importantes pues marcarán el paso del sistema parlamentario en vigor a un régimen ultrapresidencial ideado por Erdogan pero muy denostado por sus opositores. Luego de votar en la parte asiática de Estambul, Erdogan defendió esta transformación que calificó como “revolución democrática”. El dirigente pensaba tener todas las cartas en la mano al convocar estas elecciones durante el estado de emergencia y más de un año antes de la fecha prevista, pero la degradación de la situación económica y un auge inesperado de la oposición podrían alterar los planes de Erdogan. Viendo en estas elecciones la última oportunidad de socavar su búsqueda de un poder incontestable, partidos tan diferentes como el CHP (socialdemócrata), Iyi (nacionalista) y Saadet (islamista) formaron una alianza “anti-Erdogan” inédita para las elecciones legislativas, con el apoyo del HDP (prokurdo). El candidato del CHP a las presidenciales, Muharrem Ince, un diputado tenaz, logró movilizar a cientos de miles de simpatizantes en gigantescos mítines. (Con información de AFP) EC