Yo creo que todos los humanos adultos, debemos poder hacer de nuestro propio cuerpo, un papalote, según sea el gusto de cada quién. En otras palabras, creo que las relaciones físicas, sentimentales, económicas y/o sexuales consensuales entre dos o más personas libres y mayores de edad, no deben estar sujetas a la moralidad ni al permiso de nadie; bienvenido sea el amplio espectro de la diversidad sexual.
De la misma forma, creo que cada mujer debe poder decidir sobre su propio cuerpo. Y aunque no estoy de acuerdo con el aborto, sé que sin importar lo que pensemos, una mujer decidida, interrumpirá su embarazo, sea como sea, aunque no nos guste, por lo cual, pienso que el Estado debe velar por ella.
Soy de izquierda, porque creo que después de generada la riqueza, se deben escudriñar mecanismos que permitan mejorar la distribución de beneficios y la equidad de condiciones para que cualquiera, pueda con el esfuerzo propio, partir del mismo sitio de oportunidad y hacer de su vida, lo que mejor le venga en gana.
Así como soy con la libertad sexual, libre de pensamiento y palabra, espiritual, de izquierda, pro legalización de las drogas y de la interrupción del embarazo, estoy acampando en el Zócalo con el Frenaaa (Frente Nacional, que antes era Anti AMLO, pero que ahora se ha vuelto mucho más amplio), aunque a mucha gente, familiares y buenas amistades incluidas, se les tuerza la boca como cuando me pongo a coquetearle a uno de los guapos policías que pusieron a resguardarnos en el Zócalo, mientras hacemos ciudadanía.
No soy sinarquista ni soy de derecha ni creo en la religión ni en la salvación de familia tradicional (aunque muchos miembros de Frenaaa y de Morena, sí la quieran), pero creo en la democracia y en la participación ciudadana y por ahora, el Frenaaa es de los poquísimos movimientos apartidistas, ciudadanos, que con absoluta transparencia, honestidad y uso adecuado de recursos, se enfoca en exigirle resultados a los políticos y funcionarios.
Es más, yo ni quiero la renuncia del Presidente, pero me he unido a Frenaaa para que se vea y se sepa que 60 millones no nos vamos a quedar de brazos cruzados ni que todos estamos, como muchos de los viejos políticos de la nueva oposición, calladitos y temerosos de que les saquen sus trapitos al sol.
Yo voté por AMLO, pero no le firme un aval en blanco y por eso, hoy me paro enfrente de su Palacio, porque me ha decepcionado con su actuar irresponsable, conflictivo, que cobija a la impunidad de gobiernos pasados y el presente propio, que permite corrupción y acuerdos opacos, y que además, está intentando acaparar todos los recursos y todo el poder en una sola persona, sepa para qué, pero se sabe ya, que no puede ser para nada bueno.
Ante la peor crisis humanitaria de la historia de México, donde hay cientos de miles de muertos por hambre, Covid-19, inseguridad y violencia sin cambio de rumbo, no me quedaré nomás mirando. Yo, en Frenaaa. ¿Y tú? ¿Defenderás la democracia y la libertad? ¿O te burlarás de la desgracia ajena hasta que la ignominia o la desgracia, toquen a la puerta de alguien a quién conoces? No, sé. Piénsalo. A fin de cuentas, todos los que no somos gobierno, estamos quedándonos sin barco.