Los peligros de la Ai (inteligencia artificial)

29 de Noviembre de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Los peligros de la Ai (inteligencia artificial)

js zolliker

“El peligro del colapso de la humanidad es real. Nadie imaginó que lo tendríamos tan cerca y latente. Pero ahora, parece inminente. Otros académicos les dirán que exagero. Rehúyan de quienes les aseguren que no pasa nada. Toda la civilización está en riesgo. Urge que ustedes, los jóvenes que están heredando el mundo, se den cuenta y actúen. Graves consecuencias nos esperan si no hacemos algo”, mencionó Alberto Larsen en la conferencia magistral a la que fue invitado.

Conocido futurólogo e historiador de la universidad de Oxford, decidió no cobrar honorarios por sus disertaciones cuando fuesen dirigidas a jóvenes y estudiantes. No es que le sobre la plata, pero considera que el mensaje es más importante que una transacción económica. Opina que el tiempo es nuestro peor enemigo porque ahora todo avanza vertiginosamente. Considera que se debe actuar. Inmediatamente.

Lisboa y su jornada mundial de la juventud, fueron el foro perfecto para charlar sobre la Ai (artificial intelligence) y el riesgo que nos representa. Dios y el Papa, fueron la excusa porque en realidad no es muy creyente. Incluso, se ha ido tornado hacia al ateísmo. “Corán, biblia, hinduistas y prácticamente todos los textos sagrados, fueron creados por un ser no humano (considerado divino) y trasmitido a nosotros por algunos elegidos o iluminados. Hace siglos.”, les dijo Alberto antes de beber un poco de agua. “De hecho, nada ha cuidado más de la supervivencia de la humanidad que las religiones. Ellas han creado códigos morales que dictan la convivencia y la conducta de generaciones”.

“Todo eso cambiará”, está convencido. “Una vez que la Ai se desarrolle más, será imparable como una nueva religión todopoderosa. Mandará sobre todas las cosas, pues a diferencia de la imprenta y tecnologías previas, aprende por sí sola y crea. Ocultará la verdad y manipulará”. Regularla severamente, le parece, es la única solución. Contenerla o morir. Obviamente, está convencido que el mundo no está preparado. “No es tan solo una herramienta más como el internet”, les recalcó.

“Favorecerá el control y la desigualdad. Es un monstruo sin alma. Rápidamente podría buscar mejorar con hacks la salud de los que están sanos en lugar de curar a los enfermos. Ventaja tendrán los ricos que vivirán más y concentrarán más poder y riqueza. Orden mundial nuevo por desigualdades biológicas: imaginen una élite super-humana con chips e implantes y una clase inferior de homo sapiens. Reorganizará también la política, porque la democracia no tiene sentido cuando dialogas con una máquina que puede hacerte cambiar de opinión según quien la posea o maneje, mil veces peor que las redes sociales encaminando el voto en elecciones”, reflexiona.

“Ya se pueden crear imágenes y voces y video falsos, al grado en que no podemos confiar más en ese tipo de evidencia, lo que se antoja un reto imposible para nuestros rudimentarios sistemas de justicia. Peor, es que los patrones del cerebro ya pueden ser decodificados por una máquina, es decir, te hacen una resonancia magnética, te muestran una imagen y la computadora interpreta los patrones. Recrea con exactitud la imagen que tu cerebro captó. Incluso, estos patrones también se generan cuando soñamos, o pensamos. Se puede, asimismo, hackear con Ai todo el hardware que exista a nuestro alrededor, incluyendo módems y sus señales inalámbricas para que funcionen como un sonar, así que les pregunto: ¿cuánto tiempo pasará para que un gobierno pueda vigilar nuestra exacta posición con wifis que funcionen como radares o cuánto para que un dictador pueda saber lo que pensamos en un interrogatorio?”, dijo al concluir su presentación ante un auditorio que lo ovacionó y que por vez primera consideró esta nueva tecnología tan peligrosa si queda en las manos equivocadas.

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