Los infiltrados en el poder

25 de Noviembre de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Los infiltrados en el poder

js zolliker

Dos gobiernos atrás, los operadores políticos lo convocaban en restaurantes y cantinas.

En el sexenio pasado, las reuniones se realizaban en hoteles (el bar discreto del lobby o en el campo de golf, dependiendo del nivel e importancia). Ahora, las cosas funcionan idéntico, solo que la nueva élite es apenas un poco más discreta y lo citan en medianos apartamentos que rentan con todo y mobiliario.

En sábado por la noche, en plena pandemia, mientras un mesero lo guiaba a una habitación que fungía como despacho, alcanzó a ver que, congregados en la sala, se encontraban una veintena de personas; izquierdistas de cepa, graduados de los programas echeverristas de Chapingo y funcionarios diversos parloteando como si se tratase de un grupúsculo de universitarios jugando a arreglar el mundo en un tablero de risk.

–Perdona por la espera –le dijo su anfitrión con falso descargo cuando entró bebiendo de un vaso con mezcal, agua mineral y hielo, y a sabiendas de que no existía demora alguna.

–Al contrario. Muchas gracias por recibirme –contestó atento y rechazando la oferta de un trago –. No te quiero quitar tu tiempo de muy merecido descanso.

– Ya sabes que aquí estamos para servirte.

–Los clientes que representamos en la agencia, están muy intranquilos.

–¿Y eso? – preguntó con sorpresa el anfitrión de la reunión.

–Pues parece que las pláticas entre los interesados están funcionando…

– (Silencio)

–Los documentos de las mesas de trabajo están resultando demasiado buenos entre partes tan antagónicas –agregó ante el desconcertado silencio del anfitrión–. Además, de que van en contra de todos los acuerdos internacionales de cooperación regional que se firmaron previos a la elección.

–Entiendo. El real progreso solo sucede cuando existe confrontación y lucha de clases. Conozco la historia mundial como pocos, no te preocupes, el lunes mismo lo arreglamos– agregó con inusual seguridad y pragmatismo.

– Me temo que sea demasiado tarde. Las partes ya han firmado un convenio y lo han publicado en internet.

– No somos ningunos novatos –le contestó algo molesto, aunque de inmediato recuperó la compostura y agregó: en todo círculo íntimo de toda estructura de poder, siempre hay dos tipos de personas, ¿sabes cuáles?

– ¿Quienes le sirven al gobernante y quienes se sirven de él? – respondió recordando sus clases de sociología política en el College.

– Preferimos decir que los segundos, son quienes le sirven de guía.

–Por eso nuestra preocupación, no parece escuchar a ningún asesor –exclamó desesperado–. Mira lo que pasó con A…

–A ellos no les hace caso. –le interrumpió– Pero las “mañananeras” son su principal fortaleza ante el pueblo, y también, su mayor debilidad. Ahí toma decisiones a golpe de respuesta y nunca se retracta.

Nosotros, tenemos forma de infiltrarle falsos periodistas que hagan preguntas a modo, para que podamos guiar su reacción hacia nuestras metas. Así que, como ya te dije, no te preocupes que yo me encargo que este lunes se tire cualquier acuerdo.

– ¡Con razón te dicen el cuervo! –le expresó con admiración mientras se dirigía a la puerta para tomar camino al aeropuerto que lo llevaría a su hogar, fuera de México. –Ya veo que mis clientes no se equivocaron contigo. ¡Enhorabuena y feliz año!