Cuando eran muy jóvenes, apenas adolescentes, conoció en Cuba a la que ahora es su esposa en un campamento de verano de juventudes comunistas, dedicado a la formación de futuros cuadros revolucionarios. Ahí, se les adiestraba en la disciplina y en la doctrina y convivían con los hijos de otras importantes figuras izquierdistas mundiales.
Los campamentos de verano fueron una de las grandes ideas de Fidel Castro, siempre pensando en el futuro, y por ello estaban dedicados a los hijos de la élite intelectual de Canadá, la Francia de Miterrand, la URSS, España, Venezuela y México, entre otros importantes países. Lo mismo les enseñaban a reconocer y mantener algunas viejas armas soviéticas, que a convivir y que a estudiar el marxismo como una vía de expiación del privilegio que poseían por ser parte de la neo-realeza política.
Él, en particular, es hijo de importantes intelectuales de izquierda norteamericanos –hay quienes sostienen que fueron agentes imbuidos por la extinta KGB– y siempre fue educado con los más altos estándares académicos, aunque para ello, sus padres tuvieran que echar mano de intercambios y subvenciones y fondos no siempre administrados con claridad. Sin embargo, gracias a ello, posé dos doctorados y becas y sueldos nada despreciables que le permiten vivir de forma por demás holgada, como el 1% más rico del planeta.
Cabe destacar que piensa que con su esposa, han sido los grandes ideólogos y creadores de la real cuarta transformación, basados en la cuarta teoría política del ruso Aleksandr Dugin, la cual integra elementos del liberalismo, el marxismo y el fascismo y con ello, “los purifica” y los compendia en una teoría donde el sujeto de la política ya no es ni el individuo ni la lucha de clases ni la nación estado, sino la mera existencia personal que se puede reconciliar con los movimientos antiimperialistas junto con la nueva resistencia y los grupo étnicos generalmente agraviados.
Ahora, el movimiento de regeneración ha sido injusto con ellos. Les han pagado mal su lealtad y contribuciones. Un grupúsculo mantiene el poder y son puros bribones y corruptos que reparten puestos como les da la gana para conservar cacicazgos. A ellos no les importa ayudar al pueblo. Ellos, quieren cotos de poder y nunca serán impulsores de la verdadera revolución. Es más, para poder recuperar la inercia del cambio, cree que solo él debiese ser el presidente del partido y no solo parte del ejército de formación política. Pero no le hacen caso. Por eso, ha decidido actuar.
Además de tronar y criticar fuertemente y con hechos a las direcciones del partido y legisladores, se ha reunido con representantes diplomáticos y militares de Cuba y de Rusia para hacer un frente común. Siente que están en muy buenos términos; mejor que nunca. Los aprecia y lo aprecian. Se lo hacen saber no solo en persona sino a través de otros, incluso académicos de los Estados Unidos y Eurasia.
Por ello, no lo pensó dos veces en reunir a un equipo de choque conformado por algunos de sus jóvenes estudiantes y uno que otro extranjero que importó para entrenarlos, cuando se enteró que algunos cubanos exiliados y críticos, querían marchar frente a la embajada cubana. Mientras él esté a cargo, no habrá una sola marcha contra sus aliados. Ya ellos sabrán recompensarlo como el prodigio que es.