El pergamino secreto

17 de Diciembre de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

El pergamino secreto

js zolliker

Por algunos motivos que no son de interés público y sobre los que no profundizaré, el pasado 21 de marzo fui invitado a una reunión de aniversario de una muy discreta sociedad de la universidad de Yale, donde se enaltecen con el lema de “grandes cosas surgen de lo pequeño”.

Aprovechando la ocasión, comparto que obtuve oficial autorización para adentrarme en la “Beinecke Rare Book and Manuscript Library” para consultar en persona, el famoso manuscrito Voynich: un libro ilustrado y datado del año 1413, escrito a mano por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible, que se dice que contiene los más secretos conocimientos de antiguas civilizaciones sobre medicina, herbolaria, astrología y alquimia –entre otras ciencias ocultas–, y que a pesar de haber sido estudiado por criptógrafos profesionales, académicos y lingüistas aficionados por décadas, nunca ha podido ser descifrado.

Después de tomar un café cargado y de desayunar copiosamente, me introduje en aquella edificación sin ventanas preparado para no salir en todo el día, por lo que cumplidos los protocolos de seguridad necesarios, a punto de obtener el invaluable manuscrito mencionado, me topé por casualidad, dentro de la estantería de cristal y a muy bajas temperaturas ambientales, en el registro Beinecke MS 1183 y con Orbis Record 11995727, un rollo que de inmediato me embelesó por su parecido gráfico al árbol de la vida cabalístico.

La obra, al parecer de autoría de Petrus Pictaviensis en el año de 1313, estaba compuesta de siete membranas zurcidas y presentaba en columna vertical, un diagrama con círculos y espacios planificados (sin terminar) y delineados que parecían conformar un antiquísimo árbol genealógico y cuya vinculación de ramas de otras ascendencias y líneas, se diferenciaban por el uso de tintas azul y roja.

Tal obra, de tres metros de largo y treinta y cinco centímetros de ancho, al parecer fue preservada y escondida por Corrado Mondone d’Asti, Maestro Superior General de la Orden mendicante de Santo Domingo (1462-1465) y fue recientemente descubierta accidentalmente, a causa de una restauración mayor del sótano de un viejo monasterio francés, dentro de una falsa columna que contenía además, algunas otras reliquias.

Después de leer y analizar el rollo con cuidado, comprendí el motivo por el cual fue ocultado: era un compendio histórico que analizaba y detallaba la genealogía del Cristo, desde un punto histórico, real y humano, que nunca antes yo había visto planteado en ningún lado, comenzando por el hecho de que parecía negar la intervención divina de un espíritu en el embarazo primogénito de María y llegaba hasta el punto de afirmar que ella y José, tuvieron después de Jesús, cuatro hijos varones más: Santiago el Justo (o Jacobo), José, Judas y Simón, además de algunas descendientes mujeres.

Lo confieso, es cierto. Tal descubrimiento me hizo temblar las piernas, pues tuve entre mis manos, la prueba de que Jesús, independientemente de que pudiese considerarse como deidad o no, había sido el heredero de un linaje real y la cabeza de la monarquía del reino del pueblo judío. ¿Por eso le habrán condenado burlonamente como INRI o Jesús el Nazareno Rey de los Judíos? ¿Estaba yo ante un secreto ocultado por el clero? ¿Había sido en realidad un rey en el sentido literal y completo del término?

Continuará…

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