Reporta el agente infiltrado Pedro Fonseca y Lima, que mucha gente, como él al principio, confunden el anagrama con el palíndromo. Y es que no es lo mismo. El anagrama es un simple juego de inversión de letras en espejo, como: “Adán y Eva” vs. “Ave y Nada”. En temas de esoterismo bíblico es muy importante. Pero el palíndromo es distinto. En este último ejercicio, se trata de acuñar frases donde una letra juega de pivote y cuyo resto en realidad nos estremece con sus mensajes escondidos, acorazados; con sus imposibilidades infinitas.
Reporta el agente Fonseca y Lima, que solo los mejores criptógrafos del mundo, los más entrenados en encontrar mensajes ocultos, en descifrar frases subrepticias, logran comprender que una buena parte de las obras de Shakespeare, se tratan en realidad, de velados juegos de palabras que los aliados utilizaban como sus muy discretas mensajeras…
Reporta el agente Fonseca y Lima, que se autopercibió muy dubitativo sobre si invitarla a salir, tal cual, sin bachillerías ni pretextos. Lo cierto es que, en toda su vida, muy pocas personas habían despertado su atención de tal manera. Y le frenaba el tema de la diferencia de edades. Aunque no eran demasiados años tampoco, pero cuando se tiene miedo, se confesó, cualquier excusa puede ser válida.
Reporta el agente Fonseca y Lima, que a pesar de su temor, se abalanzó. Total, después de todo, lo peor que podría pasarle, pensó, es que le dijese que no y que no quisiera verlo más y él era, ya por entrenamiento –y defecto profesional– un experto en desaparecer. Aún a pesar de su propio instinto, habría de jugársela, se dijo. El sentimiento –instinto, se observó– era más fuerte que su voluntad.
Reporta el agente Fonseca y Lima que se llevó menuda sorpresa. Cuando se le aproximó por chat, porque era un buen recurso moderno para la distancia y para no arriesgarse en persona a ser rechazado, sin mucho dudarlo, ella le dijo que sí. Entonces, le invitó a su restaurante favorito. Una fusión de cocina francesa. ¿Deberá pedir vino? ¿Cuál bouchon ordenar que, que a él, le viene dando lo mismo?
Reporta el agente Fonseca y Lima que estaba caminando en la cruda calle, cuando alguien le entregó un panfleto. Era del partido político del gobierno y le invitaban a votar para una ocurrente barbaridad. Le cayó el veinte. Quieren utilizar el mecanismo de la consulta popular, para medir las aguas, para ver si pueden instaurar una dictadura por medio de un disfraz electoral. Sí, con ese mecanismo ridículo.
Es un arma de doble filo, reporta Fonseca y Lima; un engaño en manos del propio mago, del ilusionista de ficticio demócrata. Si consigue los votos suficientes, ganará, no importa el resultado. Lo que quiere es impulsar su vena totalitaria por medio de los votos.
Inyectar veneno por medio de un falso remedio. Qué desastre. “Efímero lloré mi fe”, dice que escribiría Fonseca y Lima en aquél corcho que tiraría al vacío destino.
Reporta el agente Fonseca y Lima que le pareció muy cruel tener que comenzar a amar en tiempos de sangría. Pero entonces observó el papel que le presentaron en nota y en forma de cuenta: “Se va la vida, dama amada diva, ¿la ves?”. ¿Esa es una amenaza o un mensaje?
Continuará…
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