Se llama Marco, es homosexual, tiene VIH desde hace algunos años y por recientes eventos sufridos que se revelarán más adelante en este texto, recién ha decidido que ya no se lo contará a sus próximas parejas sexuales, no solo porque guardar confidencialidad sobre su estado de salud personal es considerado un derecho humano sino porque, considera, le evitará graves problemas ante fanáticos e ignorantes.
Marco, es lo mismo un profesionista exitoso que un activista comprometido. Se podría decir que es incluso, famoso. Con más frecuencia de la que le gustaría, le reconocen en la calle y le piden tomarse fotografías y firmar autógrafos. Y en más de una ocasión, también le han invitado a tener relaciones sexuales casuales y furtivas. Sobra decir, que ha aceptado varias de tales oportunidades cuando a su parecer, han valido la pena y la sorna.
No sabe bien a bien cuando se contagió con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, pero se lo detectaron hace tres años, cuando quiso donar sangre para su hermana que había tenido un grave accidente en bicicleta. Marco bendice el día que las autoridades médicas le hicieron saber su diagnóstico pues, aunque para muchos, tal noticia habría sido devastadora, para él, fue la oportunidad de buscar atención médica inmediata.
Es importante aclarar que tener VIH dejó de ser una condena de muerte en el siglo pasado. Sí, en el siglo pasado. Los avances médicos han sido tan impresionantes en las últimas décadas, que quien sea diagnosticado/a prontamente con el virus, con medicación puntal y adecuada, puede lograr en seis meses, una carga viral indetectable, lo que significa que no se afectarán sus órganos y que incluso no podrá contagiar a otros por vía sexual (oral, vaginal, anal) aunque tengan relaciones sin condón.
Sin embargo, la gente en general se quedó con la visión catastrofista de la enfermedad y no se han actualizado. Ni siquiera las personas más jóvenes y con conductas de alto riesgo. Y eso fue lo que le pasó a Marco. Cuando estaba por tener sexo, siempre les decía a sus parejas que tenía VIH con carga viral indetectable. Varios, lo terminaron rechazando de último momento, todo lo cual, aunque le hacía sentir terrible, le parecía fairplay. Lo malo vino cuando uno de los que aceptó tener relaciones con condón, a los meses resultó seropositivo en un examen de rutina y decidió dirigir su ira contra él y hasta le acusó de irresponsable y asesino.
Al poco tiempo, el tema se hizo conocido en un grupo de conocidos y otras dos personas con las que Marco tuvo sexo casual hacía menos de un año, se hicieron tests, dieron positivo y lo acusaron de lo mismo, a pesar de que tuvieron al menos una docena de distintas parejas sexuales. Sí, se fueron contra Marco porque él fue el único que les dijo que tenía VIH. Obviamente, esto le perjudicó en lo personal, está enfrentando una demanda que le cuesta un dineral y casi pierde su empleo.
Y es que en pleno año 2022, mucha gente no logra comprender que las personas VIH positivo con una carga viral indetectable, tienen CERO posibilidades de contagiar a sus parejas sexuales. Aquellos tres, se contagiaron de otras personas pero no saben ni de quien, y pues lo cómodo es irse contra quien les dijo que tenía el virus.
Por eso, Marco ya no le dirá nada a sus futuras parejas y por eso también, se dedicará a informar sobre la carga viral y la nulidad de contagio, la medicación PrEP (profilaxis preexposición) y la PEP (profilaxis post exposición), que pueden evitar contagios a pesar de tener contacto íntimo o de jeringas con personas con alta carga viral de VIH.
El mundo, considera Marco, necesita informarse y modernizarse y está decidido a que nadie más viva lo que él ni vuelvan a ser acusados injustificadamente.
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