Tengan mucho cuidado. No vengan a México, máxime si son migrantes. Les están poniendo manzanas con capa de caramelo para que vengan a México, gasten una maldita fortuna y luego se les regrese en avión a sus tierras. De paso, dejen su dentadura empeñada en el dulce, porque sus días y vidas, no valen nada. Mil 500 dólares si van vivos o dos mil 500 si les llevan sólo la quijada, identificable e inerte. Menos problema para trasladar y ni comida ocupan.
Es un tema pactado con el gabacho, del que se enriquecen los familiares poderosos de los que ahora lo tienen todo. Primero los drogan, los vuelven adictos al fentanilo, se vuelven medio zombis y todo es ganancia: o se muere o son más fáciles de llevar.
De raptar, incluso. A veces, hasta hacen fila voluntaria. Les dicen que habrá comida o trámites gratuitos de visas en una ONG (Organización No Gubernamental) y llegan y se forman y hasta se suben voluntariamente al avión. Tal y como los indeseables, algunos aplaudiendo, entraban a darse su último baño en Birkenau.
›No es cosa menor. Mucho peor, al igual que en antes, es qué, cómo en el siglo pasado, no se conoce la realidad sino hasta mucho después de lo que ha pasado. Años después. Pero ella no soltará el tema. Lo tiene claro: hay quienes están pagando, costo por mandíbula, por migrantes que se alejen de sus fronteras. Rentan aviones y los desaparecen. Es un negocio redondo. Es más, hasta han invertido en unas mega cárceles para guardar a cualquiera que tenga tatuajes. Lo que sea. No se cuestiona nada.
El tiempo del surrealismo llegó. Se instaló. Se concretó. Se colocó. Se transmutó. Invadió los tejidos como un cáncer, que se contagia por virus en las células que no se pueden ver hasta que un tumor sobresale de la piel. Invadidos y dominados. Valimos madre. Vendrán los ataques, los madrazos, pero no se puede negar que estamos haciendo algo mal, piensa ella.
Que el camino de la izquierda no es ese. Que valimos madre, repite.
No hay ni como definir el asunto. El tráfico de personas se refiere a la trata, el comercio de seres humanos. Ahora no es ni ilegal. Se trata del comercio de fauces, de dientes.
A cambio se recibe dinero y es bastante más que comerciar sólo con aviones que llegan y van. El comercio ilegal de seres humanos con fines de explotación, ya va mas allá que la prostitución, la esclavitud laboral y la extracción de órganos.
Ahora, el tráfico de personas se ha vuelto un tema grave en México. Porque los suben a un avión y no se vuelve a saber de ellos. O ellas. O elles. Casi todas estas personas son víctimas de trata, migrantes, que buscan trabajo o asilo del otro lado.
Y no estamos haciendo lo suficiente. Salvo avisar por este medio que mejor no vengan. Cuidado, migrantes.