Así sea

26 de Noviembre de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Así sea

js zolliker

Llegaron puntualísimos al lugar de encuentro. La secreta minuta del trabajo no pintaba simple. Después de todo, se trataba de abrir una agenda alterna a la oficial, a la definida por la corriente oficial del partido y sus inercias, intereses y los mandatos de sus dirigencias.

›Si algo les han enseñado la disciplina y los códigos morales del partido, es a respetar los acuerdos, los reglamentos no dichos y hasta los estatutos del partido. Todos se alínean y el que se mueva no sale bien en la foto del recuerdo. Morena se los ha aprendido, desde el origen.

Así como el mandatario chino hizo de las suyas en la asamblea nacional y mandó sacara rastras a su antecesor, así actúan los partidos políticos disciplinados, ordenados, aplicados al régimen y a fin de cuentas, totalitarios. Dicho de otra forma, han aprendido a no hacerse del baño fuera de la bacinica. Esa, es una ley salvaje que debiese cumplirse; salvo que el jefe líder los aproxime al precipicio.

Esa es la única causa valida de rebeldía la de colegiada justificación y justicia propia.

Cómo era de esperarse y como la situación se merece, los esperaban ya con tragos listos y entremeses en una casa acostumbrada a recibir a funcionarios y personajes de tales niveles, ahí, en el estado de México.

Lo que no muchos se esperaban, era la presencia de algunos líderes políticos pertenecientes a otras tribus, jefes notables de otros partidos, entre ellos, la organización política encumbrada en este momento en el poder.

Al poco tiempo, terminados los aperitivos, el anfitrión invitó a todos a un salón preparado para la ocasión. Todos estaban sentados sin hacer distinción de su investidura, cómo si se tratase de la mesa del rey Arturo de Camelot.

Dada la bienvenida a cada uno de los miembros incluidos los líderes de los otros partidos, se puso el tema de la agenda. Todos los ahí presentes consideraban que su papel, así como lo fue el de sus antecesores, era defender los valores democráticos de la revolución: nadie, por ningún motivo, debía eternizarse en el poder.

Cada uno, tuvo la oportunidad de expresarse. Todos estuvieron de acuerdo en que los tiempos eran peligrosos, los ataques al INE eran reales y el ejecutivo buscaría usar todo su músculo para imponer su voluntad.

Lo importante, coincidieron, era que su partido no se doblegara ante las presiones. El problema, es que su presidente, tenía demasiadas ganas de ser candidato presidencial, abundante cola para pisarle y muy pocos huevos para resistir.

Llegó el momento de la votación. Por unanimidad se tomó la decisión: si percibían que se doblegaría ante chantajes, lo removerían del cargo y contarían con el apoyo estabilizador de los demás partidos. La suerte estaba echada.

Levantaron sus copas y al unísono, repitieron tres veces “¡Que así sea!” y con ello, sellaron su compromiso.