Pocas cosas tan extrañas como la que me acaba de suceder el pasado martes del presente mes y año, pero antes de contarles más detalles, es necesario que les adentre en algunos antecedentes.
Al parecer, según he logrado averiguar en algunos medios ucranianos a los que todos tenemos acceso por internet, un evento muy extraño sucedió el 03/19/2021. Reportes varios, parecen confirmar que la policía acudió a un llamado civil acerca de una persona desorientada, un tanto agresiva, que se encontraba en uno de los caminos tangenciales al Monasterio de las Cuevas, en Kiev, Ucrania.
Afirma el expediente policial que al lugar arribaron dos oficiales (un hombre y una mujer cuyos nombres omito por su seguridad, pues siguen en servicio), miembros de la unidad de patrullas en bicicleta, que con facilidad identificaron al individuo, quien estaba, efectivamente, desorientado, gritando y solicitando ayuda; vestía ropa un poco anticuada, que, aunque se veía nueva, parecía de un estilo algo viejo y pasado de moda.
Al acercarse los oficiales, calmadamente, le avisaron que buscaban ayudar y comenzaron a interrogarlo. Les dijo que se llamaba Andrei Yaroslav, que tenía treinta y tres años y que había salido de su casa a caminar un rato y tomar algunas fotografías, el nueve de noviembre de 1989, pues había escuchado en la radio internacional –entonces clandestina, pero que resguardaban con mucho cuidado– de la caída del muro de Berlín; sin embargo, después de tomar una fotografía de una aeronave de forma y sonido extraño que observó en el cielo, de pronto, se encontró en el mismo lugar, pero que todo, le era absolutamente irreconocible.
Manifiestan los policías que, después de insistirle, Andrei Yaroslav se sentó sobre la banqueta y con enorme congoja les entregó un carné de identidad hecho de cartulina-ficha, con fotografía en blanco y negro, sellado y emitido en la antigua capital de la extinta República Socialista Soviética de Ucrania, abreviado como RSS de Ucrania (Украї́нська Радя́нська Соціалісти́чна Респу́бліка, Украї́нська РСР), misma entidad que cesó de existir en el año de 1991.
Aclaración importante: el documento, escrito a máquina que, parecía ser legítimo pero que había dejado de usarse ya hace algunos años, decía que Andrei Yaroslav habría nacido un 5 de mayo de varias décadas anteriores, pero no se le notaban los años que debiese tener, y de hecho, se notaba bastante más joven.
Las autoridades, al encontrar tantas incongruencias, decidieron llevarlo a la estación central de policía, pues sospechaban que se tratase de un paciente psiquiátrico. Una evaluación profesional era necesaria, dijeron. Calmado, Andrei Yaroslav contestó todas las preguntas del médico que le asignaron. Incluso, le recomendó al galeno, que revisaran el filme de la cámara fotográfica que cargaba. Ante tal posibilidad, el psiquiatra decidió concederle la oportunidad.
Luego de hablar con sus superiores, consiguió que revelaran la cámara. Urge decir que, a pesar del paso del tiempo, el filme estaba intacto, como nuevo, tal y como lo confesó Andrei. Quiero creer que todo es una broma, dijo el perito experto. Usted dirá, le respondió el detective a cargo. Estamos ante algo inaudito, replicó un inspector.
Confirmaron que los datos, carné de identidad y fotografías, eran reales. Ofuscados, llamaron a sus superiores. Nadie debe telefonear ese número salvo casos urgentes. Dimitri se presentó. Excusó su apellido, justo antes de apretar el botón de alarma pues descubrió apenas mirando el monitor, que la celda donde había estado Andrei Yaroslav, estaba vacía y sin registro de su salida; se había desvanecido ante sus propios ojos…
¿Continuará?
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