Pablo Neruda pudo haber muerto envenenado y no de cáncer, como se ha creído por años. Esto es lo que intenta investigar ahora la justicia chilena, que ha reabierto el caso de la muerte del renombrado poeta y político.
Martiza Villandangos, Elsa Barrientos y Jorge Gómez son los jueces que solicitaron la nueva investigación a través de siete diligencias, las cuales, dijeron, “podrían aportar al esclarecimiento de los hechos”.
Y es que cabe recordar que Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto —verdadero nombre del poeta—, murió tan solo 12 días después del golpe de Estado en Chile, en septiembre de 1973.
La nueva investigación se ordenó después de que Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, asegurara en una conferencia que fue envenenado, esto según un informe de un comité científico internacional conformado por expertos de la Universidad de McMaster (Canadá) y la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
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“La verdad tarda en llegar, pero lo está haciendo de a poco. Es un gran logro en la justicia que llevamos pidiendo desde hace años para mi tío Pablo”, señaló al respecto.
Esta no es la primera vez que se habla sobre un supuesto envenenamiento del poeta, ya que el año pasado, algunas investigaciones llegaron a la conclusión de que fue envenenado por órdenes del gobierno.
De manera específica, se considera que el poeta recibió una inyección con la bacteria Clostridium botulinum; ya que se encontraron rastros de dicha bacteria en una de sus muelas durante las investigaciones más recientes.
En el cuerpo humano, esta bacteria puede causar daños en el sistema nervioso e incluso la muerte.
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Sin embargo, cabe destacar que Clostridium botulinum también se puede encontrar en alimentos enlatados mal preservados.
En cuanto a los motivos por los que pudo ser asesinado, se encuentra el hecho de que hasta antes de su muerte, Neruda formaba parte del Comité Central del Partido Comunista de Chile; y era considerado el intelectual más importante de la época en el país.
Debido a esto, las nuevas investigaciones se centrarán en más análisis a sus restos, entrevistas a sus allegados; y especialmente, interrogatorios a Eduardo Arriagada Rehren, médico y oficial en retiro del Ejército, quien anteriormente había sido condenado por el asesinato del locutor y militante comunista Archibaldo Morales en 1973.
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