La Secretaría de Salud (SSa) federal no ha elaborado un plan concreto para afrontar las próximas olas de coronavirus en el país; de hecho, ha recortado presupuesto y recursos en áreas claves que podrían reducir las consecuencias de esta crisis en México.
Una revisión de ejecentral a documentos públicos reveló que la SSa no amplió su presupuesto para afrontar esta quinta ola de contagios, tampoco destinó más camas generales para atender pacientes en aquellos municipios donde el límite de seguridad superó los 70 puntos porcentuales, así como tampoco existen recursos para reconvertir hospitales en los estados que se encuentran en una situación similar.
Personal de la Dirección General de Epidemiología (DGE), que prefirió permanecer anónimo por miedo a represalias, detalló que las compras de insumos necesarios para monitorear la pandemia en el país tuvieron una reducción drástica desde mediados de marzo, cuando de manera no oficial se decretó el fin de esta crisis a nivel federal.
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El mayor recorte se hizo en la compra de pruebas diagnósticas, un recurso que ya era limitado antes de este ajuste, y que según expertos en salud pública es vital para tener el pulso real de la pandemia; pero también se redujeron los montos y personal destinados a secuencias genéticas y vigilancia epidemiológica, lo que podría afectar el desarrollo de esta crisis el próximo invierno.
A la falta de presupuesto y documentos públicos que prueben una estrategia para enfrentar las próximas olas se suman algunas declaraciones de Hugo López-Gatell, subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, quien ha señalado que las farmacéuticas “han creado productos que requieren de un continuo consumo mediante refuerzos periódicos, en vez de crear reactivos de un sólo uso”.
Xavier Tello, analista de políticas públicas de salud, calificó las declaraciones de López-Gatell como “una intención clara” de justificar la no compra de nuevas vacunas contra el coronavirus, esto a pesar de la evidencia que sugiere la baja efectividad de las primeras dosis contra las subvariantes de Ómicron que han tomado el control de la pandemia en todo el mundo.
Entre las estrategias que podría implementar el gobierno federal, que han sido aprobadas en otros países, también se encuentra la compra de tratamientos antivirales orales y preventivos que tienen mayor eficacia contra las nuevas variantes.
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