Por compra de votos, acarreo y coacción de servidores públicos, militantes de Morena desconocieron a Ulises Bravo, hermano del gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco, como dirigente estatal del partido.
Encabezados por Roberto Radilla, fundadores de Morena y del colectivo Cuernavaca denunciaron la “imposición” de Bravo, orquestada con recursos estatales y con el beneplácito de los del líder nacional del partido, Mario Delgado, y de la secretaria general, Citlalli Hernández.
Radilla pidió a la dirigencia nacional del partido considerar como ilegítimo el triunfo de Ulises Bravo y convocar a un nuevo proceso, o bien que se nombre a una dirigencia de unidad, en la cual se considere a los fundadores de Morena en Morelos.
Los militantes explicaron que tras la elección de consejeros realizada el pasado 31 de julio, ellos mismos presentaron una impugnación, tras detectar severas irregularidades en los comicios.
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En esa ocasión Ulises Bravo y José Guadalupe Gachuz obtuvieron 25 votos cada uno; lo que obligó a una segunda vuelta, donde – dijeron – “algo extraño” pasó; pues solo votaron 49 consejeros uno de ellos, Luis Manuel Rodríguez Bernabé, lo hizo vía internet, ya que fue detenido el 18 de agosto en el municipio de Temixco: el resultado de esa jornada fue de 25 a 24 en favor del hermano del gobernador.
“Vamos a esperar cuales son los resultados de esos procesos de queja, pero lo que nosotros estamos pidiendo de antemano es la destitución de dicho personaje”, manifestó Roberto Radilla.
Bajo el argumento de que Ulises Bravo pone en riesgo los resultados del partido en las próximas elecciones, pidieron a la dirigencia nacional de Morena impedir que el estado se siga considerando como “un territorio de conquista” por “oportunistas”. EJ
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