La muerte del Papa emérito Benedicto XVI corrió rápidamente, medios de circulación nacional reaccionaron, surgieron las alertas, pero a la misma velocidad tuvieron que salir a aclarar la información: El Papa no ha muerto.
Con su nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger, fue el papa número 265 de la Iglesia Católica. Renunció al cargo en 2013, tras asumirlo en abril de 2005, señalando una falta de fuerzas para desempeñar el cargo.
No obstante, a nueve años de su renuncia y tras darse a conocer el tuit de su muerte desde una cuenta falsa, no es el papa emérito quien acapara los reflectores, sino el periodista italiano Tommasso Debenedetti.
Tommasso Debenedetti se hizo popular luego de inventar entrevistas que eran publicadas en pequeños medios italianos hace poco menos de 20 años.
Luego de que se descubrieran sus falsas entrevistas, el periodista italiano tuvo que modificar su forma de operar. Ahora, toma los nombres de instituciones o personas, crea cuentas falsas en redes sociales y anuncia la muerte de personajes.
“Me gusta ser el campeón italiano de la mentira”, dijo en algún momento a El País.
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El escritor Javier Marías, Gabriel García Márquez, Fidel Castro, Mario Vargas Llosa, Pedro Almodóvar y, más recientemente, el Papa emérito Benedicto XVI, han “muerto” a raíz de tuits de Debenedetti.
¿Cómo opera? Es sencillo, crea la cuenta usando el nombre o parte del nombre de la institución o persona, tuitea sobre la muerte de algún personaje de interés social y media hora después, anuncia que la cuenta es de su propiedad. Posteriormente, la cuenta es borrada. Travesura realizada. CJG
