¿Quién es el candidato de Washington para 2018?

7 de Enero de 2025

¿Quién es el candidato de Washington para 2018?

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Existen señales inminentes de que al gobierno de EU le interesa jugar en la elección mexicana y uno de sus candidatos podría ser José Antonio Meade

Muchos se cuestionan sobre el repentino cambio de política exterior del gobierno mexicano, que desde 1930 ha mantenido una posición de no intervención y de autodeterminación de los pueblos. Desde la controvertida llegada de Luis Videgaray Caso a la Cancillería mexicana, que se ha distinguido por su servicio exterior y la colocación de destacados embajadores formados en la misma Secretaría de Relaciones Exteriores, México ha tomado una posición más agresiva sobre todo en dos temas que conciernen, y a la vez no, a la región, a México y al mundo. Llamó la atención en un principio el involucramiento que México comenzó a tomar frente a la situación en Venezuela, justo al momento de la llegada de Videgaray Caso. Un giro drástico del posicionamiento de México tras años de pasividad con respecto al tema desde la Secretaría de Relaciones Exteriores con Claudia Ruiz Massieu y José Antonio Meade Kuribreña como cancilleres del actual gobierno y que precedieron a Luis Videgaray sin hacer mayor revuelo por lo que llevaba años ocurriendo en Venezuela con los gobiernos, primero de Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro. Videgaray ha escalado el conflicto con Venezuela a través de declaraciones ante los medios de comunicación que juegan al discurso de Maduro y su equipo, principalmente la excanciller y ahora líder la Asamblea Constituyente, Delcy Rodríguez, y ha sido acusado de ser un enviado del “imperio” estadunidense como su principal razón para empujar, por ejemplo, la Declaración de Lima que junto con otros 11 cancilleres que condenó el gobierno de Maduro, la promoción de la salida de Venezuela de la OEA o por lo menos la aplicación de la Carta Democrática por parte del mismo organismo a una nación que rompió ese orden democrático. El cambio radical y repentino respecto a la situación en Venezuela por parte del gobierno mexicano ha sido señalado por la oposición y críticos como una forma de mantener al Estados Unidos de Trump tranquilo en medio de una situación delicada con la renegociación del TLC y por otra parte, la sucesión que viene tras las elecciones de 2018. El picaporte con el que cuenta México se llama Videgaray, pues la buena relación generada con uno de los principales asesores de Trump le ha dado espacio para mantener una relación que bien puede haber cortado tras haber asumido la presidencia. Por otra parte, el papel que súbitamente ha jugado el gobierno mexicano en Venezuela hace pensar en el pago que tiene que hacer este gobierno mexicano por aportar en el quid pro quo necesario para mantener a Trump en orden a pesar de las constantes amenazas. Dicha sospecha de “pago” a cambio de una relación estable crece con la reciente decisión del gobierno mexicano de declarar al embajador de Corea del Norte persona no grata y ordenar su expulsión en un periodo de 72 horas a causa de las pruebas nucleares que el gobierno de Pyongyang realizó recientemente.

›Si bien no es una buena idea buscar pleito con una potencia nuclear sumamente inestable sin tener escudo alguno contra ese tipo de ataque, sí lo es para complacer al único país que te puede proteger de un ataque de esa magnitud cuando no estás en los mejores términos con ellos.

La opacidad y falta de entendimiento en la decisión de la Cancillería mexicana sólo suma a las sospechas de influencia que Estados Unidos tienen sobre la política exterior mexicana; con la gran pregunta sobre si dicha posición obedece al esfuerzo por mejorar la relación bilateral entre México y Estados Unidos o si intereses personales al interior de cancillería dirigen el apoyo al candidato que Washington pueda palomear en búsqueda de la Presidencia para 2018. Algunos lo entienden como un aviso, otros no se explican su procedencia, lo cierto es que la noticia sobre un ídolo nacional como Rafa Márquez y otro icono popular como Julión Álvarez, señalados por el Departamento del Tesoro, de Stephen Mnuchin, hombre cercanísimo al presidente Trump, por estar ligados con los cárteles de la droga, cayó como balde de agua helada en varios sectores. La interpretación de que el gobierno de Trump no se quedará callado ante situaciones públicas y embarazosas como esa, hace pensar en la mano que podría tener su gobierno en la aprobación que puedan tener de los contendientes de la próxima elección presidencial en México, que será seguramente antiTrump, pero que interesa a su gobierno. La posibilidad de que Videgaray empuje a algún candidato de su interés ante esas advertencias, existe, y su relación con personajes como José Antonio Meade, querido por empresarios y altas esferas con conexión a Washington, aparte de las relaciones internacionales generadas en su paso por las diferentes secretarías, ocupan parte de la cartera política con la que el actual canciller puede jugar respecto a los intereses de Estados Unidos, específicamente de Trump. La insistencia de México por terminar la renegociación del TLC antes del periodo electoral y la anuencia de Estados Unidos dicta las primeras líneas de la preferencia que el actual gobierno de Trump puede tener y no parecen estar del lado de la esperanza, por lo pronto. Dentro de la cartera de cuatro que se ha abierto al interior del gobierno priista, ¿es Meade el preferido por DC? Las recientes acciones de Videgaray en el contexto de la política exterior mexicana dejan ver que quizá. Efectivamente, hay algo más que las intenciones de mantener una relación lo más sana posible con el vecino más incómodo imaginable. Estamos, quizá, ante señales inminentes que demuestran el interés de Washington por jugar en la elección.