“Sí. Sí deberíamos estar preocupados”, comenta Francisco Barona Gómez cuando se le pregunta sobre la variante B.1.1.519 del coronavirus SARS-CoV-2. Después de explicar algunas de las características conocidas de este linaje reitera: “La respuesta es un sí contundente; tres veces sí: es muy peligrosa”. Con las tres veces, el experto hace una referencia concreta a tres mutaciones.
Desde hace tiempo se sabe que las variantes más peligrosas del coronavirus SARS-CoV-2 se originaron y prosperaron en países donde el mal manejo de la pandemia permitió que se dieran muchas infecciones de Covid-19, países como Sudáfrica, Brasil, Gran Bretaña -al inicio de la pandemia- e India. Debido a esto, un equipo de investigadores mexicanos pensó que había una alta probabilidad de que una variante así hubiera surgido y/o encontrado en México un ambiente propicio para transmitirse, así que se pusieron a buscarla.
Los investigadores, adscritos a Langebio del Cinvestav en Irapuato, las universidades Autónoma de San Luis Potosí, Guadalajara, la UNAM, el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) sede Aguascalientes, y algunas empresas privadas, encontraron dos variantes a las cuales se debería poner atención; una, la principal, es la mencionada B.1.1.519, que ya es la dominante en la Ciudad de México, la otra es la P.3 (también llamada B.1.1.28.3) que se ubica sobre todo en Jalisco.
Por las mutaciones que tienen con respecto a la variante original del SARS-CoV-2 que surgió en Wuhan, China, ambos linajes son preocupantes; sin embargo, tampoco es para entrar en pánico, se trata sólo de no bajar la guardia y mantenerlas vigiladas.
Las mutaciones preocupantes
Los nombres que se ponen a las variantes o linajes del SARS-CoV-2 pueden parecer confusos, pero en realidad se derivan de un sistema de clasificación que, más allá de poner nombre, busca reflejar tanto la evolución que va teniendo el coronavirus como la relevancia epidemiológica de los cambios que van acumulando sus distintos linajes.
Por eso, las variantes originales de Wuhan empiezan con la letra A. De estas variantes hemos escuchado poco porque las contuvieron muy bien en Asia. Cuando en Europa empiezan a darse cambios genéticos, entonces apareció el linaje cuyos nombres empiezan con B, explica Francisco Barona-Gómez, autor principal de la investigación llamada La filogenómica y la genómica poblacional del SARS-CoV-2 en México revelan variantes de interés (VOI) y una mutación en la proteína nucleocápside asociada con portadores sintomáticos versus asintomáticos publicada de manera preliminar, mientras está siendo revisada por otros investigadores.
Así, en octubre de 2020 aparecieron los primeros casos de la variante B.1.1.222, que por el nombre se ve que es una pariente de la B.1.1.7 que ahora es dominante en Reino Unido. “Con el paso del tiempo se fue diferenciando y entonces, como ya iban en el linaje B.1.1.518, pasó a ser el B.1.1.519. Los cambios que tuvo no son tan importantes, la 222 y la 519 comparten tres mutaciones clave en la proteína espiga”, comenta el investigador.
Las mutaciones ocurren en los genes; sin embargo, se hacen notables cuando, a partir de la información contenida en los genes, se elaboran proteínas distintas a las originales.
Las proteínas son largas cadenas de aminoácidos y, en el caso de la proteína espiga (S) de los coronavirus del linaje B.1.1.519, las tres mutaciones peligrosas se ubican en los aminoácidos 732, 608 y 478.
En particular “la mutación 478 es muy muy preocupante”, dice Barona, y explica que el aminoácido que ocupa esa posición en la proteína S se ubica espacialmente muy cerca de dos posiciones que ya han demostrado ser claves en conferir cierta capacidad al coronavirus para evadir a los anticuerpos neutralizantes: las posiciones 484, detectada en los linajes ahora dominantes en Sudáfrica (B.1.351), Brasil (P.1) e India (B.1.617) y la 477, que se encuentra en el linaje detectado en Nueva York.
Además, la mutación que tiene la variante B.1.1.519, que se simboliza como T478K, es químicamente muy similar a las que han dado peligrosidad en las otras dos posiciones.
En lenguaje técnico, se cambiaron aminoácidos con un grupo hidroxilo (OH) o un ácido, por aminoácidos con una base fuerte (NH2). (Ver la infografía).
Estas características ya le han dado al linaje B.1.1.519 una posición predominante en el país...
La gran transmisión
Según un estudio evolutivo hecho por el Departamento de Salud de Nueva York, lo más probable es que la variante B.1.1.222 surgiera “en México a mediados de septiembre de 2020”, de donde habría llegado a Estados Unidos, sobre todo a Texas, California y Nueva York.
El primer caso detectado en México fue en octubre y según una investigación elaborada por especialistas de los institutos nacionales INDRE, Inmegen, INER e IMSS y el Instituto de Biotecnología de la UNAM, la variante B.1.1.519 se encontró en 90.9% de las muestras de la Ciudad de México analizadas en febrero, en más de 50% de las muestras de 10 estados y, de acuerdo con la Secretaría de Salud en 87% de las muestras a nivel nacional.
“Esta variante también se ha detectado en 17 países de los cinco continentes. En las Américas, se ha notificado en Canadá, Brasil y Estados Unidos, y recientemente se detectó en Brasil, Chile, Aruba, Martinica y Curazao. Sin embargo, actualmente esta variante no es predominante en estos países”, se señala en el reporte del equipo encabezado por los investigadores José Ernesto Ramírez-González, Alfredo Hidalgo-Miranda y Carlos Arias, y no hay duda de que B.1.1.519 es dominante en México.
“El 87% es un dato duro. Es una tendencia y las tendencias no fallan”, comenta Barona. “Cuando los episodios epidemiológicos son tan obvios como este, realmente sale aunque tengas un mal muestreo, sesgado o poco representativo”.
Sin embargo, B.1.1.519 no es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni siquiera como una variante de interés, ya no digamos de preocupación. “El planeta está enfocado en las variantes que los propios países destacan… Si nosotros como país no decimos esta variante es peligrosa, ni la OMS ni la OPS van a hacer caso”.
La (mutación) que se empezó a encontrar recurrentemente en el estado de Jalisco es la E484K, y al analizarla se dieron cuenta que la variante en México tiene un origen brasileño, pero muy temprano en la pandemia, puede ser que no tuviera la mutación en 484 y esta se generó en México”. Francisco Barona-Gómez, investigador de la Unidad de Genómica Avanzada (Langebio), Cinvestav-IPN, Irapuato, Guanajuato.
La investigación que falta
“¿Que falta información? Sí, sí falta información”, dice Barona, y pone como ejemplo al linaje B.1.617.2 que es en gran parte responsable de la crisis de salud que se vive en India (y también tiene la mutación 478K). Ante el elevado número de muertos, “esta variante fue caracterizada por los británicos: la corren por ensayos de anticuerpos neutralizantes, validan el posible riesgo de escape inmunológico, hacen modelos para tratar de entender su transmisibilidad…”
Cabe mencionar que Gran Bretaña, a través del Consorcio Covid-19 Genomics UK (COG-UK), ha generado casi la mitad de todos los datos genómicos sobre SARS-CoV-2 en el mundo.
Para Barona, las mutaciones en la proteína S y la alta frecuencia de B.1.1.519 son suficientes “para que en cualquier parte del planeta ya se llamara variante de
preocupación (VOC)... mientras no digamos que es una variante de interés nadie la va a caracterizar, porque no hay dinero y no se puede estar caracterizando todo”.
Un ejemplo de los experimentos que sería necesario hacer construcción de un pseudovirus con proteínas S de B.1.1.519, para “ver si los anticuerpos neutralizantes que produjo una persona vacunada con tal vacuna o que fue infectada con tal variante neutralizan o no al pseudovirus. Y así puedes empezar a caracterizar al virus”.
Epílogo optimista
Que B.1.1.519 sea desde febrero, antes del inicio de la vacunación contra Covid-19, la variante dominante en México y que aún así la epidemia vaya a la baja en el país es , quizá, una buena noticia; significa que su mayor capacidad de transmisión fue neutralizada por las medidas no farmacéuticas y, en menor medida, la incipiente vacunación.
Todavía hay un problema pues “estamos optando por un programa de vacunación llamémosle ecléctico: se pone de todo un poco”, dice Barona. “Las vacunas son buenísimas, que nadie lo dude, y la mejor vacuna es la que tienes en el brazo; pero en ese eclecticismo tienes distintas presiones de selección (para el virus). Entonces el virus va a estar como acorralado y, por mutagénesis aleatoria, puede generar más variantes”.
También “es posible que la presión de selección de una vacuna sea distinta a la de otra, es importante hacer ese entrecruzamiento… quizá pudiéramos llegar a decir que esta variante es buena para escaparse de esta vacuna”.
Otra buena noticia es que el equipo de Barona empezó a hacer la caracterización que hace falta y que, con la presentación de los datos a cargo de los institutos nacionales, quizá pronto se sumen más esfuerzos.
Mientras tanto, la sana distancia, el cubrebocas y la ventilación han demostrado que funcionan.