Haití. Entre la desesperanza, la violencia y la migración

10 de Febrero de 2025

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Haití. Entre la desesperanza, la violencia y la migración

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Si hay un país azotado por la desesperanza, ese es Haití. Sin pretender pecar de pesimista, desde hace tiempo me he preguntado cómo se podría encontrar una solución al fuerte deterioro humanitario en ese país…y no veo tan siquiera una pequeña luz. Hoy es común ver ciudadanos haitianos transitando por la República Mexicana, léase por ejemplo por Chiapas, Tijuana o la Ciudad de México, con todo y familia, que incluye menores de edad y mujeres, los más vulnerables ante la migración forzada, obligada, porque la búsqueda de sobrevivencia y subsistencia, así con todas sus letras, ha sido la causa para abandonar el país.

Generalmente el destino final es Estados Unidos, pero al parecer en su tránsito, México también se ha convertido en una opción para algunos. En su trayectoria a su destino final generalmente no viajan directamente a México, antes transitan por varios países, como Brasil, Chile o República Dominicana, viaje que frecuentemente conlleva varios meses de caminar, o incluso, años; no en pocas ocasiones sujetos a enfermedades, hambre, desesperación, discriminación y difíciles condiciones de comunicación con una lengua criolla haitiana llamada “kreol” y Francés. Al cierre de 2023, según COMAR, el mayor número de solicitudes de refugio en México fue para haitianos, seguido por hondureños y cubanos.

Huyen por una situación política, económica y social pulverizada: el país transita por una marcada inestabilidad institucional y política que afecta el funcionamiento de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, acrecentado con el asesinato del presidente Juvenel Moise en 2021, cuyo gobierno provisional actualmente está a cargo del primer ministro Ariel Henry, quien ha fracasado en convocar a elecciones presidenciales y para el congreso, en un contexto de una economía desarticulada, con altas tasas de corrupción, desocupación, pobreza y pobreza extrema, así como, desastres naturales y un fuerte tema de inseguridad.

La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) manifiesta extrema preocupación por el deterioro de la situación humanitaria, causada por la violencia de pandillas, el alto número de secuestros, violencia sexual, trata de personas y tráfico de migrantes, homicidios, ejecuciones extrajudiciales, violencia contra periodistas, tráfico ilícito de armas y municiones y reclutamiento de niños para las redes criminales. La BINUH destaca el saqueo en propiedades, de cultivos y ganado, destrucción de infraestructuras civiles e instalaciones sanitarias y educativas; el arrase de “aldeas rivales” y ejecución de sus habitantes, por decir lo menos. Todo ello ha conllevado a una delicada situación de desplazamiento interno y migración internacional.

La ONU solicitó el despliegue urgente de una misión de apoyo multinacional al mando de Kenia, autorizada en octubre de 2023, aún pendiente, en respaldo a la seguridad y a la policía, pero que también crea escepticismo en sus alcances. En este entorno ¿cómo realizar elecciones libres y justas sin las condiciones adecuadas? Nada parece viable sin el control de la inseguridad prevaleciente.

En este escenario, es imprescindible la solidaridad y cooperación internacionales y promover que el desplazamiento interno y la migración internacional haitiana ocurra en condiciones de seguridad y acceso a la asistencia humanitaria, con respeto a la soberanía y autodeterminación. Parece que el final del túnel lamentablemente aún es muy lejano con todas las implicaciones que golpean al país y al ámbito de los derechos humanos de los haitianos.