Diplomacia mexicana, sigue la mata dando

14 de Noviembre de 2024

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Diplomacia mexicana, sigue la mata dando

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A pocos meses de concluir el periodo presidencial, el Presidente y la Cancillería continuaron haciendo nombramientos de nuevos embajadores, como si la política exterior mexicana tuviera la necesidad de hacer estas designaciones a estas alturas del partido. El excanciller Jorge Castañeda, en Nexos (9/11/23), destaca lo absurdo de estos nombramientos y el alto costo de 25 mil dólares cada uno, encabezado por la embajadora Carmen Moreno quien fue nombrada (o autonombrada, comentan en pasillos) embajadora en Países Bajos y, la cadena de reacomodos de titulares en Austria, Malasia, Líbano y Noruega con el nuevo embajador Omar Fayad.

El caso de Carmen Moreno es peculiar, comentan diplomáticos, quien se jubiló hace 21 años a los 65 años de edad, recibiendo la compensación económica correspondiente y sigue en funciones; primero en la embajada de México en Nicaragua y en la conocida Subsecretaría del ramo, con apoyo del excanciller Marcelo Ebrard, y ahora en Países Bajos, situación que fue comentada en su momento por el embajador (r) Agustín Gutiérrez Canet, en su conocida columna de opinión en Milenio. Situaciones que perjudican el desarrollo diplomático de quienes aspiran un ascenso a embajador o de embajadores en activo en espera de una embajada. Como si las embajadas fueran lugares de recreo o retiro. Cosas de privilegios, dicen.

En este reacomodo se comenta en radio pasillo de la Cancillería, el trago amargo que habrían pasado algunos embajadores de carrera, quienes habrían sido conminados por la Subsecretaría del ramo a desocupar sus embajadas y anticipar jubilaciones a efecto de dejar libres plazas diplomáticas. Esta serpentina habría alcanzado a embajadas en Portugal, Suecia y Tailandia y anteriormente en Indonesia y China, entre otras, vaya usted a saber.

No es común en la diplomacia nombrar nuevos embajadores a unos cuantos meses de que termine el periodo presidencial, ya que no es razonable que se comprometa al siguiente gobierno con tales nombramientos, además de que es una falta de tacto diplomático hacia los países receptores.

Diplomáticos comentan también la lamentable experiencia que el SEM pasó durante la gestión del excanciller Marcelo Ebrard y su equipo, el cual fue marginado y menospreciado, cuyo objetivo esencial en ese entonces era político y no diplomático a efecto de consolidar la candidatura presidencial del canciller, que nunca llegaría por obvias razones: desde el inicio del proceso de selección siempre existió una única corcholata designada (mote que me parece despectivo), la que ganó. Política interna elemental. Gran parte de su equipo en la Cancillería partió a la campaña, comentan diplomáticos, quedando hoy algunos en la SRE agarrados al cargo y presupuesto.

Lamentablemente que el presidente y la SRE han mostrado reiteradamente que no tienen empatía hacia el SEM y parecería que desearían su desaparición, como en el caso otras instituciones. Situaciones inverosímiles han sucedido por mala administración, como retrasos en traslados y envío de gastos de instalación a diplomáticos, así como, extravíos y daños en menajes de casa.

Los retos prevalecen, subraya la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM), en los procesos de ingreso al SEM, ascensos y la falta de incremento salarial en 23 años. Hoy la Canciller Alicia Bárcena ha reactivado la comunicación con el SEM, perdida con Ebrard, y ha manifestado reconocimiento y respaldo a esta institución. Como comenté anteriormente en Eje Central, un legado que puede dejar un canciller es fortalecer el servicio exterior de carrera, como tienen países de alta diplomacia. La pregunta es, a estas alturas hasta dónde llegará la buena voluntad.