Según información de la página de la Secretaría de Relaciones Exteriores, actualmente hay 38 embajadas de México que cuentan con un embajador del Servicio Exterior Mexicano (SEM) de carrera como titular y 28 embajadas con embajadores de “nombramiento político”. Si bien algunos nombramientos políticos pueden ser necesarios para el servicio exterior, muchos responden a recompensas políticas o amistosas, sin experiencia en el ámbito diplomático.
El número de nombramientos políticos es elevado particularmente porque México cuenta con un servicio exterior de carrera experimentado y reconocido internacionalmente, que, según comentarios de varios de sus miembros, en el periodo del secretario Marcelo Ebrard fue un tanto menospreciado y marginado. En esa circunstancia varios embajadores de carrera optaron por solicitar su jubilación anticipada. Actualmente, la canciller Alicia Bárcena ha hecho dos nombramientos políticos en las embajadas en Chile y Honduras.
En América Latina durante la gestión del entonces subsecretario Maximiliano Reyes, estuvimos ante la presencia de una realidad inverosímil, prácticamente todos los nombramientos de embajadores fueron políticos, situación que prevalece hasta la fecha; actualmente las embajadas en Bolivia, Costa Rica y Perú tienen encargados de negocios. En el Caribe, las embajadas en Cuba y República Dominicana también tienen embajadores que no son de carrera.
En su momento, los embajadores en Bolivia y Perú fueron retirados ante las confrontaciones que sostuvo el presidente mexicano con esos países.
En Europa y Asia, regiones a cargo de la subsecretaria Carmen Moreno, las embajadas emblemáticas tienen embajadores políticos, como en Alemania, Bélgica, España, Francia, Reino Unido y la Santa Sede, así como en China, Japón y Corea del Sur, a lo que se agregan Canadá y Estados Unidos.
En pasillos de la cancillería se comenta el poco apoyo que el SEM habría tenido de la subsecretaria de Relaciones Exteriores, sugiriendo a varios embajadores de carrera, dicen, anticipar su jubilación para liberar plazas para embajadores políticos.
De acuerdo con la ley los miembros del servicio exterior de carrera se jubilan a los setenta años de edad, sin embargo, hay nombramientos de embajadores políticos que rebasan “por mucho” esa edad, lo que constituye discriminación hacia los miembros del SEM. En varios casos las representaciones mexicanas consulares y diplomáticas parecen alternativas de “chamba” o entretenimiento si se cuenta con respaldo político, en menoscabo del quehacer diplomático.
Pero en el SEM de carrera también se cuecen habas. Por ejemplo, persiste un caso peculiar y muy comentado entre los diplomáticos, de la embajadora Carmen Moreno, jubilada a los 65 años en 2003, recibiendo sus percepciones económicas de retiro de ley; a solicitud propia fue reintegrada en 2019 por el secretario Ebrard a una embajada de México en Centroamérica, posteriormente nombrada subsecretaria y recientemente nombrada embajadora en un país europeo, situaciones que crean frustración e inhiben el escalafón y el desarrollo de diplomáticos jóvenes o de embajadores en activo, que están a la espera de una embajada.
En un artículo periodístico respetuoso el exdiplomático y periodista, Agustín Gutiérrez Canet, llama a estas situaciones la “Gerontocracia diplomática”, del griego geronto (anciano) y Kratos (gobierno).
La canciller Bárcena ha manifestado su interés por trabajar con el SEM de carrera, que habría que fortalecer y evitar su erosión institucional.