Entre las primeras actividades diplomáticas de la recién nombrada canciller Alicia Bárcena, destacan las reuniones con la Junta Coordinadora Política y con las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, así como, con los titulares de las embajadas y organismos internacionales acreditados en México. Se espera que la nueva canciller sea ratificada por el Senado en septiembre próximo.
En este marco, otorgó relevancia a la diplomacia y a la negociación como instrumentos para alcanzar la paz y la estabilidad y a la cooperación como herramienta para construir puentes. Se pronunció por la integración latinoamericana y caribeña y por productivas relaciones de México con América del Norte y Europa, así como, con el G-20, Asia-Pacífico y APEC.
Sobre Medio Oriente dijo que es importante intensificar los lazos culturales, comerciales y financieros y con África combatir la desigualdad y la pobreza. Informó sobre su participación en la cumbre CELAC-Unión Europea (julio), en la 15ª. Reunión de Alto Nivel de Norteamérica y en la reunión de Naciones Unidas, ambas en septiembre próximo.
Dijo que otorga atención especial a la protección de mexicanos en Estados Unidos, particularmente por el contexto político-electoral que se avecina y por las leyes promovidas en Florida y Kansas, que golpean la seguridad y dignidad de los mexicanos.
De particular relevancia ha sido el abordaje de temas sensibles, como los deteriorados vínculos diplomáticos de México con Perú, por el traspaso de la Presidencia Pro-témpore de la Alianza del Pacífico y, con España, cuya relación bilateral se encuentra en “pausa”, por decisión del mandatario mexicano; vínculos que alcanzaron, afirman internacionalistas, niveles de confrontación inesperados, en una evidente ausencia de sensibilidad y profesión diplomática y la indolencia de la Cancillería mexicana.
La Presidencia Pro-témpore de dicho organismo, a pesar de la oposición del presidente mexicano, será entregada a Perú el próximo 1 de agosto. Dicha solución fue tomada en una reunión, donde el embajador de Chile habría desempeñado un papel relevante y, seguramente también, se debió a la habilidad y a la convicción de la ahora canciller Bárcena. Queda pendiente la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Analistas consideran que este desencuentro no debió haber llegado a la magnitud que alcanzó, ante un problema esencialmente de política interna de Perú, en torno a un pretendido golpe de estado y una destitución presidencial y, menos aún, en función de un organismo como la Alianza, cuyos objetivos son fundamentalmente la integración económica y comercial, de bienes y servicios y de capitales y personas.
También trascendió que la secretaria Bárcena se reunió en la Cancillería con el embajador de España, Juan Duarte, quien desde agosto de 2022, cuando fue nombrado embajador en México, nunca fue recibido por el entonces secretario Marcelo Ebrard. En la región europea, España es importante aliado de México, región con la cual nuestro país mantiene un proceso de modernización del Acuerdo Global México-UE. España ejercerá la Presidencia del Consejo de la Unión Europea el segundo semestre de 2023.
La Embajada de España consideró que fue una excelente reunión, en la cual se revisó el estado de las relaciones bilaterales y las oportunidades de cooperación.
Ambos temas, Perú y España, dan muestra del temple y sensibilidad de la canciller Bárcena para superar confrontaciones internacionales innecesarias, en un contexto de presión y recelo de la oficina de la presidencia hacia esos asuntos, que evitó enfrentar el anterior titular de la Cancillería.
Para algunos analistas, contradictorias y débiles acciones de política exterior que se han observado, determinadas por conceptos político-ideológicos de la actual administración pública, deben quedar al margen en función del interés nacional y para alcanzar la posición que a México le corresponde en el contexto internacional.