A dos años de que se iniciara un traslado caótico de los menajes de casa de miembros del Servicio Exterior Mexicano (verano de 2021), que regresaban a México o habían sido designados a una adscripción en el exterior, el tema no termina de cerrarse.
Miembros del SEM enfrentaron una crítica situación que no solamente afectó sus economías y ahorros familiares, sino también moralmente ante cierta trivialidad de la Cancillería y de los funcionarios responsables de estos traslados de menaje.
Como un hecho sorprendente que jamás se había visto en la Cancillería mexicana, alrededor de 120 menajes resultaron afectados, en los cuales se llegó a un extremo insólito en el cual la Secretaría de Relaciones Exteriores, responsable del envío, desconocía sus paraderos: algunos habían quedado varados en aduanas con la consiguiente acumulación de adeudos por renta de contenedores, almacenamiento y algunos con declaratorias de abandono; otros quedaron almacenados en los países de origen, lo que terminó en maltrato, moho y polilla en el mobiliario y en algunos casos saqueo.
La mayoría de los menajes viajaron sin el seguro correspondiente lo que causó grandes pérdidas para los propietarios que quedaron a expensas de cantidades mínimas como recompensa por daños ¿qué pasó con los recursos económicos para el pago de seguros?
Esta pérdida de mobiliario y cosas personales, comentan diplomáticos afectados, derivó en daños emocionales familiares, afectando a menores de edad, personas de la tercera edad, bebés y a personas con capacidades especiales, quienes tuvieron que dormir durante varios meses en colchonetas. La pregunta es si la SRE nunca pudo percibir esta grave situación.
Como en todos los países que cuentan con un servicio exterior profesional, los menajes de casa diplomáticos están regulados, en México por la Fracción III, Artículo 47, de la ley del SEM.
La SRE contrató únicamente a una empresa para todos los traslados, anteriormente las embajadas hacían tres cotizaciones para seleccionar la mejor. El problema se debió, se comenta en pasillos, a varios factores: que la empresa contratada no tuvo la capacidad para realizar este tipo de trabajo internacional y los nuevos funcionarios nombrados por el entonces canciller Marcelo Ebrard no tenían la experiencia necesaria; falta de pagos de la propia SRE y de la empresa de mudanza contratada a sus proveedores y empresas aliadas, situación que terminó en adeudos, retrasos, pérdida de documentos y pleito entre la empresa contratada y la SRE, que finalmente afectó a los miembros del SEM.
Recientemente ejecentral publicó el artículo “El desprecio por el SEM”, de la periodista Dolia Estévez: comenta sobre otra lamentable situación que afecta a los miembros del SEM y al propio Servicio Exterior, ante la imposibilidad de poderse realizar el programa de rotación 2023, que contempla el traslado de alrededor de 200 diplomáticos, debido a un presunto desvío de recursos económicos y a una negociación en proceso con la Secretaría de Hacienda para obtener más dinero. Se pregunta si esta situación se podría deber a posible corrupción o ineptitud administrativa. Lo que también significa debilitamiento, menoscabo y desprecio hacia el SEM. Subraya la necesidad de investigar las cosas.
El SEM es el cuerpo permanente de servidores públicos, encargado de representar al Estado en el extranjero, se ha forjado desde el inicio de la vida autónoma de México, por lo cual no se puede menoscabar su trayectoria especializada.