El Museo Memoria y Tolerancia fue el escenario donde, a manera de colofón de la marcha antiAMLO, la familia LeBaron se pronunció con una manta con la leyenda Manos inocentes por el derecho a la vida.
En la manta pintaron nueve flechas que representan a los nueve integrantes de la familia mexico-estadounidense de origen mormón LeBaron, y quienes fueron masacrados por un comando armado en la zona limítrofe entre Chihuahua y Sonora.
Pero minutos antes, desde el monumento a la Revolución, los oriundos de Chihuahua caminaron por 15 minutos mientras cantaban “Amor eterno”, aquella canción que inmortalizara Juan Gabriel, a manera de homenaje.
Y es Adrián LeBaron, padre y abuelo de cuatro de nueve víctimas del ataque, quien lleva la voz cantante, el receptor de más abrazos antes, durante y después de su llegada a las rejas del recinto cultural.
“Este día todos nosotros debemos estar enfrente del actual presidente y decirle que nos arme caballeros, que estamos dispuestos a entrarle a los ‘chingazos’ como soldados que somos. Yo sí estoy listo para que me arme”, sostuvo.
En su pronunciamiento, Adrián LeBaron expresa otro deseo: “quiero pedirle que me haga un nombramiento de embajador por esta situación, yo así le pido, que me autorice”.
Por casi una hora algunos miembros de la familia platicaron con los manifestantes que los acompañaron a esa zona del Centro Histórico donde los abrazos se dieron y recibieron a diestra y siniestra.
“Estamos con ustedes, México está con ustedes”, “Tenemos que hacer algo para que ya no sucedan cosas como esta”, eran algunas frases que le decían a los miembros de la familia LeBaron mientras estrecharon las manos de sus simpatizantes.
Pero este emotivo acto fue interrumpido de manera intermitente por transeúntes que lanzaban la famosa consigna de la campaña del presidente López Obrador “es un honor estar con Obrador”.