La adicción a los videojuegos fue incluida dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud por primera vez en diciembre de 2017, y se ratificó tres meses después, lo que permitió definir aspectos clínicos de este desorden de comportamiento.
Entre las características clínicas de este desorden se encuentran la falta de control en la frecuencia, intensidad y duración del tiempo de juego, aunque el documento resalta que es más importante considerar en el diagnóstico la interrupción de otras actividades básicas, como comer o dormir, que las horas que se invierten en este tipo de contenidos.
La adicción de los videojuegos es parte de las modificaciones al CIE que entraron en vigencia a partir del primero día del 2022, pero su clasificación fue incluida en los modelos diagnósticos de este organismo desde hace cuatro años, por lo que se considera un trastorno clínico desde entonces, e incluso algunas legislaciones como China o Corea del Sur han aprovechado esta etiqueta para limitar el tiempo de uso de estos contenidos en menores de edad.
De acuerdo con la más reciente actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades, para su diagnóstico el patrón de comportamiento de juego puede ser continuo o episódico y recurrente.
Ello, advierte, da como resultado un deterioro en el funcionamiento personal, familiar, social educativo, ocupacional u otras áreas consideradas como de relevancia.
Sin embargo, pese a esta clasificación, y aunque algunos gobiernos nacionales – entre ellos el de México – han celebrado la clasificación que la Organización Mundial de la Salud dio a los videojuegos desde 2020, aún quedan dudas sobre la investigación que derivó en
El portal NME citó al profesor e investigador de ciencias sociales de la Universidad de Oxford, Andrew Przybylski, quien cuestionó a la OMS sobre la investigación que llevó a la clasificación.
Ante la respuesta que recibió de la OMS, el investigador expresó a NME su preocupación por el hecho de que la determinación de la OMS no esté debidamente fundamentada.
Andrew Przybylski también cuestionó cómo es que la Organización Mundial de la Salud defiende como no segura una actividad.
¿Para qué sirve la Clasificación Internacional de Enfermedades?
La CIE es importante, señala la Organización Panamericana de la Salud, dado que presenta parámetros y estadísticas que permiten a los sistemas de salud nacionales adoptar decisiones sobre el financiamiento.
Aunado a ello, dice, permite que se establezcan tendencias sanitarias y planificación de la prestación de servicios.
También sirve para el diagnóstico de enfermedades y detectar modificaciones, en pautas de morbilidad, ya sea en regiones pequeñas o grandes de todo el mundo.
Hasta ahora, son más de 100 países los que hacen uso de este registro mundial y seguimiento de datos de salud de sus poblaciones.