Putin y Erdogan intentan superar desacuerdos sobre Idlib

24 de Diciembre de 2024

Putin y Erdogan intentan superar desacuerdos sobre Idlib

Los dos presidentes, cuyos países son actores clave del conflicto, se reúnen en el balneario de Sochi, en el mar Negro

El presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan intentan este lunes superar sus desacuerdos sobre el destino de Idlib, el último bastión rebelde en Siria que el régimen de Damasco quiere conquistar junto a su aliado ruso. Los dos presidentes, cuyos países son actores clave del conflicto, se reúnen en el balneario de Sochi, en el mar Negro, para superar las divergencias aparecidas en la cumbre que celebraron con el presidente iraní, Hasan Rohani, en Teherán el 7 de septiembre. Estas divergencias incitaron a Rusia a postergar la ofensiva de Idlib para evitar una ruptura con Ankara, que apoya a algunos grupos rebeldes y se opone a dicha ofensiva. “La situación es tensa con Idlib” admitió el lunes el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov, citado por la agencia rusa Ria Novosti, aludiendo a “diferencias de enfoque” entre los dos países sobre el futuro del único feudo todavía en manos de la oposición armada al presidente Bashar Al Asad. Rusia, su mejor aliado, parece querer acabar rápidamente con la rebelión siria y, durante la cumbre de Teherán, era el más ferviente partidario de un gran asalto contra Idlib. La provincia de Idlib está controlada en un 60% por el grupo yihadista Hayat Tahrir Al Sham (HTS), integrado por la antigua rama del Al Qaida en Siria. Aunque apoye a otros grupos rebeldes, Turquía considera “terrorista” al HTS. Desde la cumbre de Teherán hay intensas negociaciones entre rusos y turcos para intentar lograr un compromiso. El objetivo principal de Ankara es llegar a neutralizar al HTS pero evitando una gran ofensiva militar.

Menos bombardeos

Turquía, un país fronterizo con la provincia siria de Idlib, quiere evitar un nuevo flujo de refugiados sirios que provocaría una ofensiva militar. El país ya ha acogido a más de tres millones de sirios desde el inicio en 2011 de la guerra. Además, a Turquía le preocupa la situación de centenares de soldados turcos desplegados en 12 puestos de observación establecidos en Idlib para comprobar que se verifica el proceso de “distensión” implementado desde enero de 2017 por el llamado proceso de Astaná. También le preocupa el futuro de los rebeldes “moderados” de la zona, que Turquía apoya. Precisamente la prensa turca anunció este lunes que el gobierno turco había enviado nuevos refuerzos militares a uno de esos puestos de observación en Idlib. En la última semana los bombardeos del régimen de Damasco y de su aliado ruso contra Idlib han disminuido en intensidad. “Lo que se presenta ahora como el inicio de una ofensiva de las fuerzas sirias con apoyo ruso no se ajusta a la realidad” declaró la semana pasada el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. “Trabajamos con los turcos para resolver la situación en Idlib” agregó, y precisó que Rusia hará todo lo posible para “asegurarse que la población civil no va a sufrir”. Siria está devastada desde 2011 por una guerra que ha causado más de 360.000 muertos. La intervención del ejército ruso desde septiembre de 2015 en apoyo del régimen sirio cambió el curso de la guerra y permitió al gobierno de Damasco lograr importantes victorias militares.