El puente que se desplomó este martes en Génova, Italia, y provocó la muerte de una treintena de personas, es una construcción de los años sesentas, que se ha debilitado con el tráfico de camiones pesados y generado polémicas por su costoso mantenimiento. Inaugurado en 1967, hace 51 años, el puente comenzó a reportar problemas estructurales tan solo 20 años después de ser abierto al público. “Representa el fracaso de la ingeniería”, aseguró el ingeniero Antonio Brencichun, profesor de la Universidad de Génova, quien había propuesto su demolición por haber sido “mal construido, con serios problemas de desnivel”.
Diseñado por el ingeniero italiano Riccardo Morandi, autor del puente “General Urdaneta” en Venezuela y que se hundió pocos años después tras el choque de un barco petrolero, su mantenimiento era considerado excesivo. Su derrumbe provocó además el desplome de las acciones del grupo italiano Atlantia, filial de Autostrade, que gestiona las autopistas en Italia. Transitado por unos 25 millones de automóviles al año, el puente Morandi tenía una longitud de mil 182 metros, una altura desde la autopista de 45 metros y contaba con 3 pilones de hormigón armado que alcanzaban los 90 metros de altura.
Construido con una estructura mixta de hormigón armado y concreto, el puente fue inaugurado el 4 de septiembre de 1967 en presencia del entonces presidente, Giuseppe Saragat.
El puente que generó controversias
De acuerdo con la página web “ingegneri.info” el tipo de infraestructura con la que fue elaborado el puente italiano, debería tener una vida de al menos 100 años. “60 años no son nada para un puente así”, sostienen los expertos, que recuerdan las numerosas obras de remodelación a las que ha tenido que ser sometido contra las grietas y la degradación del hormigón.
A principios de los años 2000, los cables de suspensión realizados en los años 1980 y 1990 fueron sustituidos. A pesar de las aseveraciones de los expertos, Diego Zoppi, expresidente de la orden de arquitectos de Génova, refutó la idea de que el puente debió durar cien años.
“Es que hace 50 años se creía que el hormigón armado era eterno. En cambio dura sólo unas pocas décadas”, explicó Zoppi.
“Las vibraciones producidas por el tráfico de camiones ultrapesados provocaron también microfisuras al cemento”, lamenta la periodista Milena Gabanelli, quien denunció el crecimiento descontrolado del tráfico de mercancía con camiones en Europa.
Las infraestructuras construidas en Italia en los años 50 y 60 durante el crecimiento económico se han envejecido y no han sido adecuadas. La empresa de autopistas había lanzado recientemente una licitación por 20 millones de euros para intervenir en el puente italiano, según recuerda la agencia de noticias local Radiocor. Esa licitación preveía un refuerzo de los cables de suspensión, incluido el número 9, el que colapsó este martes, mientras se realizaban justamente obras de mantenimiento con ocasión del tráfico de agosto por las vacaciones de verano en Europa. NR