Washington. Diez policías resultaron heridos y 23 personas fueron detenidas durante una protesta en San Luis, en el centro de Estados Unidos, a raíz de la absolución el pasado viernes de un expolicía blanco acusado de la muerte de un hombre afroamericano. Los antidisturbios tuvieron que utilizar gases lacrimógenos contra un grupo de manifestantes que dañaron propiedad pública y privada, informó la policía de la ciudad. Diez agentes resultaron heridos y 23 manifestantes fueron detenidos, agregó, tras la protesta contra un veredicto que, en un contexto de continua tensión racial en Estados Unidos, tuvo especial repercusión en San Luis. Esta ciudad del estado de Missouri, en el medio oeste estadounidense, fue escenario de violentos disturbios en 2014 tras la muerte de Michael Brown, de 18 años, a manos de un policía blanco que escapó a toda acción penal. El viernes, un juez de San Luis absolvió al exoficial de policía Jason Stockley de las acusaciones de asesinato de Anthony Lamar Smith, un presunto traficante de droga al que disparó al término de una persecución policial. El magistrado Timothy Wilson consideró que la fiscalía no había logrado demostrar “más allá de una duda razonable” que el policía no actuó en legítima defensa. Los manifestantes se habían congregado rápidamente cerca del juzgado para protestar contra el veredicto, pacíficamente en un primer momento, con gritos de “Sin justicia no hay paz”. Jason Stockley aseguró haber visto a Anthony Lamar Smith intentar tomar un revólver de su vehículo. El arma sin embargo no parece en las imágenes de la cámara instalada en el coche policial, ni en las tomadas por un testigo con su teléfono celular ni en las de la cámara de vigilancia de un restaurante vecino. Basándose en “casi 30 años de experiencia en el tribunal”, el juez Wilson consideró en su decisión que “un traficante urbano de heroína que no tuviese un arma de fuego sería una anomalía” (Foto: Especial). MR