BAGDAG, IRAK. El balance de la semana de protestas antigubernamentales que sacudió parte de Irak se eleva a 157 muertos, casi todos manifestantes y en su mayoría en Bagdad, según indica un informe oficial publicado este martes.
Según el texto, el “70%" de los muertos recibió el impacto de balas reales “en la cabeza y en el torso”. Las autoridades anunciaron por su parte que habían destituido a varios comandantes de las diferentes fuerzas de seguridad en siete de las 18 provincias del país, en las que se produjeron las protestas que podrían repetirse este viernes.
Según los informes oficiales, entre el 1 y el 6 de octubre murieron 149 civiles y ocho miembros de las fuerzas de seguridad en Bagdad y en las provincias meridionales.
De estas muertes, 107 de civiles y cuatro de miembros de las fuerzas de seguridad se produjeron en la capital, donde los enfrentamientos se concentraron inicialmente en la emblemática plaza Tahrir para luego llegar al turbulento bastión chiita de Sadr City, ensangrentado en una noche de caos.
El movimiento de protesta denunciaba la corrupción y exigía empleos, servicios funcionales y la caída del gobierno. Las autoridades habían ordenado la formación de una “Alta Comisión de Investigación” para esclarecer esos hechos, aunque hasta la fecha no han reconocido un “uso excesivo” de la fuerza de sus hombres, salvo en algunos incidentes limitados.
En su informe, la Alta Comisión atribuye la responsabilidad de algunas de las muertes a las fuerzas de seguridad, pero también menciona a “tiradores”, sin identificarlos.
Las autoridades acusan desde el comienzo del movimiento a “francotiradores no identificados”, apostados en tejados, que disparan contra los manifestantes y las fuerzas del orden.
Además, la Alta Comisión anunció la destitución de los comandantes del ejército, la policía, las fuerzas antiterroristas y antidisturbios, las brigadas de lucha contra el delito, la inteligencia y la seguridad nacional, nombrándolos uno por uno.