Los talibanes dispersaron con disparos al aire una manifestación de mujeres organizada el jueves frente a la embajada de Irán en Kabul en apoyo a las iraníes, con las que dicen compartir la misma lucha.
Irán se ha visto sacudido en las últimas dos semanas por protestas desencadenadas tras la muerte de la joven Mahsa Amini, que había sido detenida en Teherán por la policía de la moral de la República Islámica.
Con gritos de “Mujer, vida, libertad”, unas 25 mujeres se manifestaron durante una quincena de minutos en la calle frente a la embajada de Irán, hasta que fueron dispersadas por los disparos al aire de los talibanes desplegados delante del edificio, constataron corresponsales de AFP.
Los guardias también intentaron golpear a las manifestantes con palos, según la misma fuente.
Las mujeres llevaban pancartas donde se leían lemas como “Irán se ha levantado, ahora es nuestro turno” o “De Kabul a Irán, di no a la dictadura”.
Los talibanes requisaron las pancartas y las rompieron frente a ellas.
Las mujeres, algunas con gafas de sol y máscaras quirúrgicas, recogieron los trozos de pancartas e hicieron bolas de papel para lanzarlas a los talibanes.
Los talibanes también ordenaron a los periodistas borrar los videos y las imágenes que habían tomado de la protesta.
Irán es escenario de protestas todas las noches desde el 16 de septiembre, cuando falleció Mahsa Amini, de 22 años, tres días después de ser detenida por la policía de la moral por no respetar las estrictas normas impuestas a las mujeres sobre la forma de vestirse en la República Islámica, donde deben cubrirse el cabello en público.
Estamos aquí para mostrar nuestro apoyo y nuestra solidaridad con el pueblo iraní y las mujeres víctimas de los talibanes en Afganistán”, declaró una organizadora de la manifestación de Kabul, que requirió el anonimato.
Normas muy estrictas
Desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021 se han producido varias manifestaciones esporádicas de mujeres en la capital y en otras ciudades del país, pese a estar prohibidas, ya sea por la pérdida de su trabajo o para reclamar el derecho a trabajar.
Algunas de ellas fueron reprimidas con fuerza, y las activistas que habían instado a manifestarse fueron detenidas por los talibanes.
Tras 20 años de guerra y la retirada del ejército estadounidense de Afganistán, los nuevos dirigentes del país impusieron reglas muy estrictas para las mujeres, sobre todo en la vida pública, y les ordenaron llevar un velo integral en público, de preferencia el burka.
También decretaron la separación de hombres y mujeres en los parques públicos de Kabul y cerraron las escuelas secundarias para las chicas en la mayoría de las provincias.
El temido ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio reemplazó al de los Asuntos de la Mujer.
El 10 de septiembre, varias decenas de jóvenes se manifestaron en Gardez, en el este del país, tras haber constatado el cierre de sus escuelas, que habían sido abiertas una semana antes bajo la presión de los estudiantes y los jefes de las tribus.
El martes, un informe de la ONU denunció estas “restricciones severas” impuestas a los derechos de la mujer, especialmente en lo que concierne a la educación secundaria, y pidió a los talibanes revocar “inmediatamente” esta medida.
La suspensión de estas restricciones es una condición esencial para que se reconozca oficialmente al gobierno talibán, reitera la comunidad internacional. Hasta ahora, ningún país lo ha hecho. MAAZ
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