Proponen cuidar áreas naturales “ocupando” a los humanos a su alrededor
Una investigación encuentra que promover la ocupación no agrícola en esas zonas puede prevenir la pérdida de biodiversidad
Si queremos que las áreas naturales protegidas o reservas de la biosfera en México que no estén amenazadas “es imperativo fomentar el bienestar de la población humana a través de oportunidades de medios de vida sostenibles y no agrícolas alrededor de las reservas”.
Esta es la conclusión a la que llegó un equipo científico de 65 personas de diferentes universidades de México, Estados Unidos y Alemania después de analizar 14 Áreas Naturales Protegidas en el territorio nacional y cuantificar los efectos de la actividad humana sobre ellas (sus resultados se publicaron hace unos días en los Proceedings of the National Academy of Sciences).
Tras considerar múltiples factores demográficos, económicos, tecnológicos, políticos e institucionales y culturales, la investigación, encabezada por Daniel Martín Auliz-Ortiz, investigador postdoctoral del Instituto de Biología de la UNAM, encontró que las actividades económicas ligadas al cambio de uso del suelo, como agricultura, ganadería y construcción de carreteras, son las que provocan la mayor desaparición de especies nativas que habitan en las reservas naturales en México”.
Cambios de actividad y monitoreo descanso
El equipo destaca que la pérdida de biodiversidad está impulsada “principalmente por la expansión agrícola”, misma que, señalan, ocurre tanto en las zonas centrales de las reservas de la biosfera como en las de amortiguamiento, lo cual está prohibido en ambos tipos de áreas.
“Sin embargo, las reservas estudiadas están habitadas por comunidades locales cuya economía depende en gran medida de la agricultura de subsistencia (asociada con prácticas de tala y quema), que es un conocido factor de pérdida de bosques en todo el mundo”, señala el equipo; por lo que “promover la ocupación no agrícola puede prevenir la pérdida de bosques en las reservas de biosfera”, señalan.
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También recomiendan “encarecidamente promover y apoyar el establecimiento de programas sistemáticos de monitoreo de la biodiversidad a largo plazo que se basen en datos empíricos; como parcelas permanentes, cámaras trampa y puntos de conteo de aves”.
Ese monitoreo, así como la gestión de áreas protegidas, son más efectivas, de acuerdo con el Panel Internacional sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, si se involucra a las comunidades locales, “particularmente a los pueblos indígenas”.
“Nuestro hallazgo de que la ocupación no agrícola alrededor de las reservas de biosfera puede disminuir las amenazas humanas a estas áreas es clave para que los formuladores de políticas lo consideren al mejorar los esfuerzos de conservación dentro de las reservas del Hotspot de Biodiversidad Mesoamericana”.
Auliz-Ortiz, D.A. y colaboradores, PNAS, 2024. Vol. 121. No. 6.
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