Entre las iniciativas de reforma constitucionales propuestas hoy por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso de la Unión, se busca “(d)eclarar a nuestro país libre de maíz genéticamente modificado, como el transgénico, para siembra y consumo humano, así como el reconocimiento del maíz como alimento básico y elemento de identidad nacional”.
Además, en la misma iniciativa, se incluyen propuestas de modificaciones a los artículos 4to y 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con el objeto de “reforzar y actualizar el marco jurídico constitucional” para garantizar los derechos a la Alimentación, el Medio Ambiente Sano y al Agua.
En cuanto al agua, se busca “(a)utorizar asignaciones destinadas para garantizar el consumo personal y uso doméstico del agua y no otorgar concesiones en zonas con baja disponibilidad de agua en cantidad y calidad”, y en lo que se refiere al medio ambiente, se espera impedir prácticas que lo dañen “mediante la prohibición de las actividades de minería a cielo abierto y del fracturamiento hidráulico (fracking)”.
Maíz, alimento e identidad
En el artículo cuarto constitucional, dedicado a los Derechos Humanos y sus Garantías, se establece que “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará”, y no se añade más al respecto.
La nueva propuesta es que se incluyan tres frases más en el párrafo: “El maíz, alimento básico y elemento de identidad nacional destinado al consumo humano, debe ser libre de modificaciones genéticas, como las transgénicas. El país se declara libre de cultivos de maíz genéticamente modificado. Debe priorizarse su manejo agroecológico”.
Falta de evidencia
El tema del maíz transgénico ha sido motivo de disputa con Estados Unidos durante el actual sexenio, pues ese país es el principal proveedor externo de maíz para consumo humano de México y casi todo es genéticamente modificado.
Sin embargo, como se reportó en ejecentral, el 13 de febrero de 2023 se publicó un decreto en que se prohibía que dependencias del gobierno compraran maíz genéticamente modificado transgénico y que entraría en vigor el próximo 31 de marzo de 2024.
Como respuesta EU pidió a México que proporcionara evidencia científica sólida de que el maíz genéticamente modificado (que no todo es transgénico) causa daños a la salud, lo cual no ha sucedido.
Medio ambiente y agua
Las propuestas de la iniciativa en cuanto al medio ambiente y al agua hacen caso omiso a lo que han señalado grupos ambientalistas y científicos sobre lo que debería hacerse en esos temas.
En el primer caso, la principal demanda que se ha hecho, incluso a nivel internacional, ha sido que se deje de priorizar el uso de combustibles fósiles. De hecho, según el Climate Action Tracker, las propuestas que México hizo a la 27 Conferencia de la Partes sobre Cambio Climático (COP27) fueron “regresivas y tramposas”, y estas no se modificaron para la COP28 que se llevó a cabo a finales del año pasado.
Sobre el agua, la propuesta de limitar las concesiones y priorizar el consumo humano y doméstico no retoma las múltiples solicitudes que se han hecho de proteger los acuíferos, como los de la península de Yucatán que se encuentran en peligro por la construcción del Tren Maya, y los ecosistemas de los que depende su recarga, como el Gran Bosque de Agua, y ambos temas se pueden considerar protección del medio ambiente.
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