Lo más probable es que las primeras infecciones de Covid-19 hayan ocurrido desde mediados de octubre de 2019, no a finales de diciembre de ese año, y que el famoso mercado mayorista de mariscos en la ciudad de Wuhan no haya sido el origen de la pandemia.
Con base en reportes de casos de Covid-19 a principios de diciembre, que carecían de conexiones con el mercado, y los informes que ubican los primeros diagnósticos de la enfermedad desde noviembre, un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego hizo un modelo matemático retrospectivo.
El modelo, que se reporta hoy en Science, parte de la consideración de que la variante de SARS-CoV-2 que surgió por primera vez fuera menos capaz o apta que la variante que se extendió ampliamente. Los autores simularon que el primer caso se infectó con esa variante, la cual se habría extinguido después de dar lugar a un linaje mutante que persistió.
Esta simulación coincide con las declaraciones que uno de los investigadores del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que fue a Wuhan para buscar los orígenes del coronavirus dio esta semana a la National Public Radio (NPR) de Estados Unidos.
De acuerdo con Peter Daszak, ecólogo de enfermedades, la hipótesis para la que mejor sustento encontró el equipo de la OMS, es que el coronavirus pasó de un murciélago a algún otro animal en una de las tantas granjas de animales salvajes que hay en la provincia de Yunnan, al sur de China y a unos mil 500 kilómetros de Wuhan.
Esta hipótesis surgió desde el principio de la pandemia, y fue la razón por la que China cerró esas granjas en febrero de 2020. Además, el pariente conocido más cercano del SARS-CoV-2 es un coronavirus (llamado RATG13) con el que comparte el 96% de su genoma y que fue aislado de un murciélago Rhinolophus affinis en Yunnan en 2013.
Sin embargo, la semana pasada se publicaron los resultados de un sondeo de coronavirus entre los murciélagos de Yunnan y, aunque se encontraron cuatro virus nuevos relacionados con el SARS-CoV-2, el más parecido comparte el 94.5% de su genoma con el virus pandémico.