Después de tres meses de permanecer cerrados por el coronavirus, los restaurantes de la Ciudad de México reabrieron sus puertas esta semana con el cambio del semáforo epidemiológico a luz naranja; sin embargo, ahora enfrentan otro mal: los inspectores deshonestos.
A pesar de que no hubo incentivos fiscales por parte del Gobierno de la Ciudad de México para el sector restaurantero durante la pandemia, y de los numerosos y costosos requisitos para las aperturas —por ejemplo, las pruebas semanales de Covid-19 a 5% de la plantilla laboral—, personal del Instituto de Verificación Administrativa (Invea) amenaza a los negocios con multas y clausuras que no tienen sustento legal.
Mamparas de separación entre comensales colocadas en las mesas, así como el uso obligatorio de caretas protectoras por parte de los usuarios durante el tiempo en el que están en el local, son algunas de las medidas que solicitan, pero que no están establecidas en ninguna norma de operación para la reapertura en la Ciudad de México.
En algunos casos, el intento de los inspectores para orillar a los negocios a recurrir al “¿cómo le hacemos?” ha sido tal, que muestran una publicación del ayuntamiento de Naucalpan, estado de México, en el que efectivamente solicitan las caretas, pero que no es aplicable en la Ciudad de México. Por supuesto, el logotipo del ayuntamiento, lo esconden para generar confusión al momento de la verificación.
Además de ello, los establecimientos que se encuentran ubicados en los centros comerciales reciben la amenaza directa del Invea para que sean cerrados por ubicarse en las plazas comerciales que aún no pueden abrir.
Muchos de estos restaurantes en plazas nunca cerraron. Durante la contingencia se reinventaron como espacios para entregas a domicilio, pero ahora los verificadores llegan amenazando con cerrar por la reapertura, algo que sin duda afecta a la recuperación de la economía y tampoco está establecido en la norma.
Las grandes cadenas como Fisher’s, La Mansión, Sonora Grill y Porfirio’s son algunas de las que apoyaron preparando y enviado comida gratis a personal médico y de enfermería durante toda la pandemia, y son justo un ejemplo de los espacios que ahora el gobierno amenaza con cerrar por medio del Invea al estar ubicados en plazas comerciales.
Por medio de WhatsApp, los restauranteros de todos tamaños denuncian las acciones fuera de norma del Invea, para que el gremio esté alerta ante estos intentos de cierre.
Cuesta arriba. A pesar de que el semáforo naranja permite la apertura parcial de restaurantes, los negocios han tenido poca afluencia. La recuperación se complica con las inspecciones oficiales, que en el caso de la CDMX exigen medidas adicionales a las establecidas por la ley. Fotos: Especial