Debido al proyecto del “mal llamado” Tren Maya están emergiendo “resorts y espacios urbanísticos exclusivos destinados a la especulación y al comercio internacional” como parte de un reparto de los territorios de la Península de Yucatán que menosprecia el orden anterior y lo subordina a una noción de desarrollo que no comparten muchos pobladores de la región.
Según Sergio Prieto, investigador Conacyt en el Colegio de la Frontera Sur, cambiar el nombre de los megaproyectos de la actual administración, que tiene una connotación peyorativa, por el de “proyectos de reordenamiento territorial”, da lugar a nuevas preguntas.
“Quiere decir que hay un cuestionamiento al orden anterior, es decir, la gente que vive en la Península de Yucatán, y que ha vivido durante miles de años, no ha hecho un ordenamiento del territorio que pueda ser considerado lógico, sostenible o funcional”, dijo.
En su participación hoy en el Seminario Universitario de Sociedad Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI) de la UNAM, el investigador agregó que la idea de reordenamiento también tiene que ver con la imposición que se está haciendo de estos proyectos.
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Ana Esther Ceceña, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y coordinadora del Observatorio de Geopolítica, fue más contundente, pues dijo que “se trata de la devastación de la forma de convivir con la naturaleza de la gente que vive ahí”.
La investigadora agregó que se están “resquebrajando los modos de vida y la posibilidad de futuro. No hay futuro cuando estamos viendo el arrasamiento que está generando”.
Por su parte, Casandra Reyes, del Centro de investigación Científica de Yucatán citó un estudio de Mauricio López-Barreto que detectó que los pobladores, si bien perciben que es una fuente de oportunidades para jóvenes y de retiro digno para mayores, perciben diversos riesgos.
Ven que están en riesgo su idioma, su cultura y el agua; les preocupa la privatización de tierras y algunos se arrepienten de haber vendido, pues temen que los grandes hoteles lleguen a monopolizar el turismo y “ellos pueden acabar como empleados, un futuro que no desean para sus hijos”. Además se percibe o se espera un aumento en el crimen organizado en la región.
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