A partir de hoy, según anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina, queda prohibida la venta de vapeadores o cigarrillos electrónicos en México, lo cual ha suscitado un debate sobre la posibilidad de que se genere un mercado negro de estos productos, así como sobre las razones por las que se prohíbe.
Para algunos, prohibir la venta parece innecesario, pues en diciembre de 2021 el Senado no permitió su importación ni producción en el país.
Además, la medida se da un par de semanas después de que la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitiera una “alerta sanitaria máxima” contra los cigarrillos electrónicos basado en un estudio de 2020 de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) que muestra el daño que los vapeadores hacen a los pulmones de los fumadores.
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El subsecretario de promoción y prevención de la salud Hugo López-Gatell justificó la prohibición aludiendo a que las empresas productoras están haciendo publicidad y promoviendo el uso de los vapeadores entre los más jóvenes. Ayer se publicó un estudio que muestra que entre 2017 y 2019 más de un millón de estadounidenses de entre 14 y 17 años son nuevos consumidores diarios de tabaco, y más de las tres cuartas partes “vapeaban” cigarrillos electrónicos a diario.
Los autores de la investigación señalan que en 2017, cuando la empresa JUUL Labs introdujo al mercado cigarrillos electrónicos con alto contenido de nicotina y sabores dulces y frutales hubo un aumento del 40 % en las ventas de estos productos.
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