Las probabilidades de que el gobierno del presidente Joe Biden ponga un ultimátum a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador son altas, según personas dentro de las negociaciones en materia energética entre estos dos países y Canadá.
Según la agencia Reuters, la oficina de Katherine Tai, encargada del comercio de Estados Unidos, exigirá una solución al conflicto energético que está presente desde la gestión de Donald Trump, ocasionado por la decisión del presidente mexicano de dar marcha atrás en las reformas que abrirían los mercados eléctrico y petrolero en el país, lo que a su vez generó descontento entre los empresarios extranjeros.
Fue en julio del año pasado que tanto Estados Unidos como Canadá solicitaron la solución de controversias con México bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y dado que el propio acuerdo establece un plazo de 75 para llegar a una resolución, Estados Unidos tiene la facultad de solicitar un panel de solución de controversias, en el que la decisión sería tomada por una tercera instancia.
De darse este ultimátum porque no se resuelve el conflicto, el gobierno estadounidense podría incurrir en medidas arancelarias que afecten el dinamismo de la economía mexicana. Aranceles a ciertos productos mexicanos que podrían inhibir su consumo en Estados Unidos, significaría menores ingresos para las empresas mexicanas y pérdidas de empleo, ya que más del 80 % de las exportaciones mexicanas son dirigidas a la nación vecina.
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Se espera que la advertencia por parte del gobierno de Joe Biden se emita en las próximas semanas, en caso de que el conflicto permanezca sin resolver, y a ella se le podría sumar el gobierno de Canadá. Pero la cercanía de una posible campaña de reelección ha obligado al propio Biden a actuar con más cautela, ya que aumentar la apuesta podría traducirse en la pérdida de votantes y mayores ataques por parte de sus opositores, que ya señalan sus resultados en materia migratoria y de combate a las drogas.
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De aplicarse las sanciones, podrían caer como un balde de agua fría y debilitar aún más el comercio internacional de México con el mundo. Como ejemplo, durante febrero, las exportaciones cayeron 2.8 % a tasa anual, mientras que la dependencia de la importación aumentó en 4.1 %, lo que trajo consigo un déficit comercial de mil 844.4 millones de pesos.
Las exportaciones petroleras cayeron de manera dramática un
19.2 % anual, mientras que las importaciones crecieron 12.9 % en el mismo lapso.
Las exportaciones no petroleras, que incluyen a la industria agropecuaria, extractiva y manufacturera, bajaron 1.8 % anual. Por el contrario, las importaciones de estos mismos sectores aumentaron un 3.1 %.
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