La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, afirmó hoy que aceptará una investigación sobre un creciente escándalo de corrupción que involucra a su confidente íntima “si es necesario”.
Durante un discurso ante el pueblo, televisado a nivel nacional, Park volvió a pedir disculpas por el escándalo político sin precedentes, que involucra a Choi Soon-sil, que ha enviado el índice de aprobación de la presidenta a su nivel más bajo y ha desordenado la gobernanza estatal.
La disculpa de Park se produce cuando un tribunal local ha emitido formalmente el jueves una orden de arresto contra Choi Soon-sil, la confidente de la presidenta Park, sospechosa de abusar del poder y de tráfico de influencias.
“Si es necesario, estoy determinada a responder fielmente yo misma a una investigación de la fiscalía”, dijo Park, quien añadió que también aceptaría una investigación especial de un fiscal independiente.
En este sentido, Park se convertiría en el primer jefe de Estado en ejercicio de Corea del Sur en someterse a una investigación de la fiscalía, una petición realizada tanto por el partido gubernamental como los opositores.
Park se enfrenta a las acusaciones de que permitió a Choi obtener por adelantado los borradores de sus discursos públicos y documentos presidenciales, algunos de los cuales, según se dice, incluían información confidencial.
La mandataria surcoreana es sospechosa también de desempeñar un papel en la recaudación de fondos de los conglomerados principales para establecer dos fundaciones sin fines de lucro dedicadas a promover la cultura y deportes surcoreanos.
Por su parte, Choi ha estado bajo custodia desde el lunes pasado, después de varias horas de interrogatorio por la fiscalía sobre una serie de acusaciones contra ella.
Los fiscales sospechan que Choi colaboró con An Chong-bum, exjefe secretario presidencial de coordinación de políticas, para presionar a las compañías locales a fin de que donasen decenas de miles de millones de wones a dos fundaciones sin fines de lucro, Mir y K-Sports.
An figura entre los jefes secretarios presidenciales cuyas renuncias fueron aceptadas por la presidenta el domingo pasado tras el escándalo.
La fiscalía también le colocó bajo una detención de emergencia durante un interrogatorio llevado a cabo el miércoles, tras señalar que está rechazando las crecientes sospechas contra él y que ha presionado a otros testigos para que hicieran declaraciones falsas.
También decidirá si solicitará una orden para arrestarle formalmente para este viernes por la noche. NTX/DA