“Es paradójico como en ocasiones buscamos sin encontrarlo y hasta que dejamos de buscarlo es cuando lo encontramos...” De la clase política-económica podrida el país no puede esperar nada bueno. Coincido con los que dicen que México no es corrupto, ni podrido, ni malo; son los malos gobernantes los que todo lo ensucian, todo lo tuercen, todo lo enlodan y hacen de la corrupción y del enriquecimiento brutal ilícito su razón de existir con terquedad asnal. Creerse las falsas y hasta ridículas promesas de campaña de los candidatos es como atarse una piedra al cuello y acercarse temerariamente al filo del arrecife donde rompen furiosas las olas de una mar cada día más encrespada. Ni mil tempestades socio-económicas o políticas harán cambiar nunca a los políticos cleptócratas, voraces, sórdidos y cínicos que en su frenesí por amasar fortunas mal-habidas les volverán a dar a los niños agua en lugar de quimioterapias... ¡Pasan los sexenios, salen los presidentes y no se hacen responsables del tiradero que dejan! Contra Salinas, Zedillo, Fox y Calderón el justificado enojo, el hartazgo grupal, la condena colectiva y no pasa nada a pesar de todo el rigor cuantitativo de la atroz realidad ineluctable blasonada por la peor conjunción de avatares, regresiones, saqueos, rapiña, incapacidad y de la corrupción desbordada como nudo argumental de la misma o peores tragedias nacionales sexenalmente reeditadas en los mismos términos , iguales escenarios desalentadores y donde los que detentan el poder juegan contra el pueblo con las mismas y sucias cartas marcadas y embaucando como fulleros, como gañanes que repiten las mismas demenciales gamberradas. Suscitan furibundos debates, reacciones airadas, ironías, expresiones escatológicas y total desprecio ganado a pulso por esos últimos cuatro expresidentes no solo por sus catastróficas administraciones, sino también por sumugriento desparpajo de rufianes e insaciables salteadores, de pandilleros enriquecidos que dejaron el país hecho jirones, endeudado, empobrecido y atrasado, pero tienen aún la tumefacta, ulcerosa y ruin propensión zopenca de cobrar una pensión vitalicia satánica en numerario como ardientes tenazas al cuello del país y como púas o espinas clavadas en el erario al tener a su servicio más de cien elementos del estado mayor presidencial para su cuidado, el de sus familias, más choferes, secretarias, seguros médicos y todo ello sin basamento en ley alguna, ni decreto, solo un acuerdo administrativo que se le ocurrió a Miguel de la Madrid y que cada sucesor desvalijador artero lo releva sin recato y en el colmo del más infame cretinismo contra un pueblo asolado por la pobreza. Eterna dicotomía del modelo económico de ficción, especulación, de privatizaciones y desbocado saqueo nacional a tambor batiente... De un lado el sempiterno gradualismo del modelo “capitalista de cuates” y que Hugo Stiglitz premio nobel sostiene que en México tiene la peor réplica del capitalismo neoliberal sin innovación, sin una economía sólida ni dinámica de mercado, sin regulaciones efectivas, ni órganos reguladores con verdadera autonomía, donde impera la discrecionalidad, los parches legales, sin planes transexenales, una economía mediocre, estancada, nunca redistribuidora y si altamente concentradora de la riqueza nacional y donde el grueso de la población paga el pato porque grupos privilegiados extraen las rentas petrolera, de los bancos, de las minas, de las carreteras, de puertos, aeropuertos, teléfonos, de la energía eléctrica y de las telecomunicaciones oligopólicas... La tesis fundamental de J.A. Robinson y D. Acemoglu al analizar los Estados incluyentes que con libertades generan riqueza, equilibrios y bienestar social y por contra, los Estados elitistas con políticas extractivas, de saqueo por las oligarquías exultantes que devastan vorazmente en contubernio y complicidad de la clase política y que marcan la diferencia entre Estados gradualistas, fallidos que se singularizan porque todo lo que podría beneficiar a la mayoría de la población lo postergan y/o lo cancelan. Gradualismo específico se encuadra en la resistencia oficial para implementar integralmente el “Sistema Nacional Anticorrupción"; en el arcaísmo de una PGR ineficaz y cimentada en el libertinaje solapador; una democracia barata en cuanto a resultados y costosa en extremo con órganos elefantiásicos (INE-TEPJF) donde se enseñorean la sumisión a los partidos, la corrupción y donde con ridícula parafernalia resuelven a contentillo del Ejecutivo en turno... Es palmaria la deficiencia, la negligencia, la complicidad y la connivencia del Estado con los grupos criminales de la oligarquía y con la delincuencia organizada perfilando un gradualismo deliberado para postergar leyes, reglamentos y acciones concretas para fortalecer a las policías, los Ministerios Públicos, los peritos y demás personal que hiciera efectiva la verdadera procuración de justicia, la prevención de los delitos y la sanción puntual a la criminalidad con una depuración simultánea de un Poder Judicial enfermo plagado de jueces sin integridad solapados por Magistrados y la Judicatura capturada por grupos endémicos que arrogantes se rehúsan a la inaplazable rendición de cuentas. La SCJN por cierto mandó al diablo el artículo 16 Constitucional con las aviesas reformas al Código Nacional de Procedimientos Penales y solo quedó en antigua baratija aquella garantía que a la letra decía: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones sino solo mediando un mandamiento escrito de autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento”. Nada se hace y se recurre al gradualismo ramplón en materia de inseguridad, mortandades cotidianas en cantidades espeluznantes, desapariciones forzadas, fosas clandestinas, secuestros y extorsiones por miles. El país rehén de la criminalidad organizada de arriba (clase política en maridaje con las cúpulas empresariales) y la criminalidad de los bajos fondos...ambas extremos y goznes de la misma estructura bizarra e igual de peligrosas; abusivas, gandallas y crápulas que hacen crecer la corrupción como detonador de la violencia que llega a los extremismos de lo absurdo. Gradualismo y contubernio abierto con las mafias del narcotráfico que se aparenta combatir con una “guerra” fracasada, cruenta, militarizada, costosa con la que se violentan los derechos humanos de la población honesta; se “descabezan” a discreción ciertos cárteles pero nunca se combate el lavado de millones de dólares y que en los hechos es la columna vertebral de la narco-política y del mayestático negocio sucio de los bancos y del sistema financiero mexicano. Gradualismo ruín en la reconstrucción y el mito de las “escuelas al cien"; gradualismo nefando y engañoso en materia de los servicios de salud con hospitales que carecen de personal, de camas suficientes y de medicamentos. Toda una utilería forrada de fábulas imponiéndole recortes presupuestales amañados a la Salud y a la Educación para pagar los intereses de la espesa, descomunal y creciente Deuda Pública que ya llega a los 10 billones ochocientos ochenta y cinco mil millones de pesos. ¡Las bribonadas, las parodias seudo democráticas, la imperofilia saqueadora de los recursos nacionales llegaron con los “brujos” neoliberales que estructuran las perversas ingenierías financieras y los apócrifos modelos matemáticos obscenos, estadísticas adulteradas, fraudes, estafas maestras, contratismo y privatizaciones alevosas que se le impusieron a México con el eufemismo de “reformas estructurales” por el tecno-anarco-neoliberalismo usando sus biblias apócrifas, más bien un vulgar “recetario” atracador que seguiremos hojeando como lacra astrosa de impunidad transexenal utilizado como paradigma opresor y que hace de la degradación económica, social, cultural y moral así como de la impunidad “epopeyas” del anarquismo ludópata bestialmente radicalizado! www.ejecentral.com email: eguia.associates@gmail.com twiter: @REguiaV facebook: https://www.facebook.com/ricardo.eguiavalderrama?fref=