El premio Right Livelihood, considerado un “Nobel alternativo”, fue concedido este miércoles a tres activistas ecologistas en Rusia, India y Canadá, y a una camerunesa defensora de los niños amenazados por el yihadismo, en particular por el grupo Boko Haram.
La canadiense Freda Huson, ardiente defensora de las comunidades indígenas y ella misma procedente de la etnia Wet’suwet’ de su país, fue reconocida por su trabajo “a favor de la recuperación de la cultura de su pueblo y la defensa de su territorio ante proyectos nefastos de oleoductos”.
La militante se opone en particular a la construcción del gasoducto Coastal GasLink, que transportaría gas de esquisto a través de la Columbia Británica, de acuerdo con los organizadores del premio.
La jurista camerunesa Marthe Wandu ha sido recompensada por su incansable activismo en la protección de la infancia y respecto a los recursos de las comunidades “ante la insurgencia terrorista y la violencia de género en la región del lago Chad, en Camerún”.
Cofundador de “Ecodefensa”, una organización ecologista rusa, Vladimir Sliviak recibió el premio “por su combate a favor del medioambiente y su contribución al movimiento popular opositor a las industrias del carbón y nuclear en Rusia”.
Finalmente, la organización india “Legal Initiative for Forest and Environment (LIFE)” fue galardonada por sus trabajos jurídicos innovadores cuyo objetivo es fortalecer la capacidad de las comunidades para proteger sus recursos, y por una mayor democracia ecológica en India”.
Otorgado todos los años por una fundación privada sueca desde hace más de cuatro décadas, esta distinción tiene una dotación económica de un millón de coronas (casi 100.000 euros, 117.000 dólares) para cada uno de los laureados.
“Desde Camerún hasta Rusia, pasando por Canadá e India, los militantes de este año nos demuestran que el cambio sostenible se logra a través de comunidades solidarias”, destacó en un comunicado la organización.
El premio Right Livelihood fue creado en 1980 por el exeurodiputado germanosueco Jakob von Uexkull, luego de que la Fundación Nobel se negase a crear premios para resaltar la defensa del medioambiente y desarrollo. Por esto, la fundación que lo otorga reivindica la etiqueta de “premio Nobel alternativo”.
En 2019, galardonó a la adolescente sueca Greta Thunberg, rostro icónico de la lucha contra el calentamiento global, entonces de 16 años.