La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los gobiernos de todo el mundo esperar más datos sobre la verdadera gravedad de Ómicron antes de establecer medidas públicas orientadas a un supuesto riesgo limitado, esto luego de reportes preliminares en los que se asocia esta variante a una baja hospitalización en países como Reino Unido, Sudáfrica y Dinamarca.
En la nueva actualización de la guía técnica para Ómicron, los expertos asesores de la OMS recalcaron que no se tiene información suficiente para asegurar que esta variante es menos severa que otras, especialmente porque “las hospitalizaciones son solo un aspecto de la gravedad de este virus, y pueden verse alteradas por las prácticas de ingreso en cada país”.
A un mes de la primera detección de Ómicron, la OMS aclaró que “la gravedad clínica de esta variante sigue siendo incierta, pero podría plantear demandas abrumadoras en los sistemas de atención médica, mientras que el impacto sobre las poblaciones vulnerables será sustancial, particularmente en países con baja cobertura de vacunación o poca inmunidad poblacional”.
Esta evidencia ha dividido a los expertos, y es que mientras algunos como Eric Topol consideran el comportamiento vertiginoso de Ómicron con una buena señal debido a la baja cantidad de hospitalizaciones frente a miles de casos, otros sostienen que los efectos a largo plazo de esta enfermedad no pueden ser subestimados.
La nueva actualización de la OMS también advierte que existen datos limitados y sin revisión de pares sobre la efectividad de las vacunas actuales contra Ómicron, por lo que los ensayos actuales deben interpretarse con “cautela” debido a los sesgos de selección que aplica cada país.