En Estados Unidos, la política parece estar dividida en dos visiones globales de la geopolítica: quienes están a favor de negociar con Rusia y rechazar a China como protagonista mundial; y quienes apoyan a China como actor válido para negocias a la vez que excluyen a Rusia.
En este contexto, en una reciente entrevista, la aspirante republicana a la presidencia Nikki Haley generó controversia al sugerir que las fuerzas de Estados Unidos deberían “alinearse” con países no europeos, incluida Rusia.
Señaló que el objetivo debe ser mejorar la seguridad global; sin embargo, su campaña rápidamente caracterizó este comentario como una metedura de pata.
Durante la entrevista con WMUR-TV, Haley, quien anteriormente se desempeñó como embajadora de las Naciones Unidas en la administración de Donald Trump, mencionó que Estados Unidos necesita buscar alianzas con naciones árabes para oponerse a Irán.
Además, agregó que es crucial que el país se enfoque en aliados más allá de Europa, mencionando a Rusia, Australia, Japón e Israel.
Recula y acusa a Putin de “matón”
La campaña de Haley emitió una declaración el sábado, admitiendo que la candidata se equivocó al incluir a Rusia junto con otros países no europeos.
El portavoz Ken Farnaso dijo a The Associated Press: “Esto es completamente ridículo, obviamente habló mal. Nadie ha sido más duro con Rusia que Nikki Haley”.
En respuesta a la entrevista, Haley emitió un comunicado calificando a Rusia como un “enemigo” y al presidente Vladimir Putin como un “matón”.
Subrayó que luchó contra ellos en la ONU y que continuará haciéndolo, argumentando que Rusia busca destruir a Estados Unidos y a sus aliados, y que no se les puede confiar.
Durante su tiempo como embajadora de la ONU, Haley fue conocida por sus críticas a Rusia; denunciando su invasión de Crimea y condenando su relación con el líder norcoreano Kim Jong-un durante las negociaciones de sanciones.
La corrupción rusa también fue un tema al que se refirió, calificándola como un “virus” que dificulta la desnuclearización en Corea del Norte.
Este incidente ha generado divisiones dentro del campo republicano en cuanto a cómo Estados Unidos debería manejar la invasión rusa en Ucrania.
Haley ha expresado su apoyo a una postura más firme; mientras que otros, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, han argumentado que la situación es una “disputa territorial” y no representa un interés estratégico vital para Estados Unidos.
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