La baja producción de petrolíferos de Pemex Transformación Industrial (PTRI) en el proyecto de refinería de Dos Bocas fue considerado “problemático” por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), motivo por el que se realizaron cinco auditorías de desempeño que analizaron la construcción, control interno y gobernanza, vertiente social, efectos regionales y urbanos e impacto ambiental.
En el ámbito de negocio, no fueron identificados los beneficios que se habían calculado con base en los ingresos que se obtendrían por los productos generados (tales como gasolina o diésel). Tampoco los beneficios indirectos derivados de los efectos del proyecto en la actividad económica.
Los costos estimados incluían adquisición de insumos para la producción de petrolíferos (84.1 por ciento), servicios auxiliares como gastos fijos, componentes, mantenimiento y operación (10.7 por ciento), de inversión para la ejecución de los seis paquetes de obra y los trabajos de preparación y adecuación del sitio (5.2 por ciento).
Pero la ASF encontró que no fue cuantificado el gasto de la supervisión de las obras, los costos indirectos provocados por la operación del proyecto (la repercusión que tendría la Refinería Dos Bocas en la operación del Sistema Nacional de Refinación (SNR), ni las externalidades por el impacto ambiental y social que se generará durante la construcción y la operación.
También se observó que en las partes interesadas involucradas en el proyecto, el PTRI no remitió evidencia sobre las reuniones realizadas con las partes interesadas involucradas en el proyecto (que incluyen a 75 dependencias, entidades, organizaciones no gubernamentales e instituciones privadas durante 2019.
En la gestión de riesgos, la Auditoría observó la necesidad de fortalecer la identificación y administración de los riesgos identificados por Pemex Transformación Industrial, toda vez que determinó que no se evaluaron adecuadamente los efectos derivados de los riesgos ambientales presentes, no se contó con el petróleo crudo necesario para lograr el nivel esperado de utilización de la refinería, falta una visión integral para definir la forma en la que la nueva refinería se incorporará al SNR, la gobernanza y conducción del proyecto son insuficientes para llevar a cabo una buena planeación, ejecución y supervisión del mismo, existen riesgos para llevar a cabo la diligencia en la contratación de terceros y no existe la suficiente transparencia y rendición de cuentas.
El rubro de cumplimiento del proyecto también recibió observaciones, entre las que se cuentan la omisión del debido proceso de diligencia en 16 de las 23 empresas que tienen contratos con la empresa filial PTI-ID, y en total, se registró un avance en el ejercicio de los recursos de 28.1 por ciento.
El proyecto de inversion podria ser retrasado por la reduccion del 86.6% en el total de recursos ejercidos respecto a los 50,000.0 millones de pesos establecidos originalmente en el caso de negocio para 2019.
Entre otras observaciones, la ASF detalló que el Sistema de Control Interno Institucional (SCII) de Pemex y PTI-ID no detalló los mecanismos de control que deben implementarse para dar cumplimiento a los procesos generales, y existen deficiencias en la presentación de la información financiera. En este último apartado se encontraron fallas en los controles relacionados con la obtención, generación y uso de información relevante acerca de la situación financiera institucional, pues de los 27 contratos que se reportó suscribir, en los estados financieros únicamente se dio información de 20, y la suma de los contratos reportados en uno de los paquetes presenta una de diferencia de 1.0 miles de pesos.
Los efectos sociales del proyecto de la refinería Dos Bocas no cuentan con la debida acreditación de haber aplicado un enfoque participativo de todos los miembros y representantes de los actores de interés en la zona (que contemplan el punto de vista de los hombres y mujeres de las comunidades, y la perspectiva de género, entre otros factores). La evaluación de impacto social (EvIS) tampoco acreditó todos los requisitos, y en el Plan de Gestión Social (PGS) no hubo normativa que guiará su implementación. La metodología de la coordinación con los actores de interés para prevenir y mitigar los efectos y riesgos sociales tampoco fue acreditada y en el “Programa de Trabajo para Impulsar su Implementación” no se incluyeron acciones de coordinación.
De igual manera, la planeación del proyecto de la Refinería Dos Bocas presentó deficiencias en el rubro urbano-regional a 2019 y los lineamientos que regularían la aplicación territorial de criterios referentes al desarrollo urbano-regional no fueron acreditados.
Finalmente, en los efectos ambientales, la ASF detalla que el proyecto ha operado con guías de impacto ambiental desactualizadas que además no tienen carácter de obligatorias.
Debido a estas observaciones, se emitieron 110 recomendaciones y una sugerencia para garantizar la correcta construcción y operación de la planta refinadora ubicada en Tabasco.