La última vez que se habló de un plantío de cocaína en México fue en 2014, cuando soldados hallaron mil 639 plantas de coca en un predio del municipio de Tuxtla Chico, en Chiapas. Hoy, siete años después, el presidente de la República revela el hallazgo de un cultivo de hoja de coca en Atoyac, Guerrero.
“Decirles para los que andan mal que ya sabemos que están ahí en Guerrero experimentando con el cultivo de coca y ya estamos investigando sobre esto. Encontramos un plantío de coca en Atoyac”, apuntó el mandatario.
El plantío fue ubicado por efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional cerca de El Paraíso, una zona montañosa en la costa grande de Guerrero usada para el cultivo de café y que por su clima es similar al que impera en Colombia. Las plantas “estaban en desarrollo, a media vida de su florecimiento”, dijo el gobernador de Guerrero en entrevista con Imagen Radio.
Atoyac de Álvarez es una zona ubicada a sólo 17 kilómetros del mar y aunque el estado no tiene la presencia de una organización criminal principal, su salida al puerto y el cruce que hace ahí la carretera Panamericana la vuelven una entidad en conflicto. Son el cártel de Jalisco Nueva Generación, el cártel de Sinaloa, Los Caballeros Templarios, Los Rojos y el cártel del Noreste quienes tienen presencia ahí.
A pesar de que esta es la primera vez que se habla de plantíos de coca en México, en 2019 el general Luis Ramírez, jefe de la policía antinarcóticos de Colombia advirtió que los cárteles mexicanos estaban comenzando a refinar la cocaína en laboratorios clandestinos.
“Encuentra uno que la base de coca la están llevando para México y uno se hace una pregunta: ¿Si el riesgo de llevar un kilo de base de coca es el mismo riesgo de llevar un kilo de clorhidrato de cocaína, por qué se está llevando para otro país la base de coca?”, dijo el general a Bloomberg con la hipótesis de que la base de coca estaba siendo exportada en territorio nacional para refinarla y venderla.
Si bien en México no se han desmantelado laboratorios clandestinos para la fabricación de cocaína —como sí ha ocurrido con el fentanilo y las metanfetaminas— en septiembre de 2020 las fuerzas de seguridad de Guatemala destruyeron un narcolaboratorio de cocaína en Ayutla, zona fronteriza con Tecún Umán, municipio colindante con Ciudad Hidalgo, en Chiapas.