La vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, quedó inhabilitada para cualquier cargo político después de que se dio a conocer que un tribunal la consideró culpable de fraude y corrupción cuando presidió el país, de 2007 a 2015.
Pese a que la sentencia también incluye seis años de prisión (la pena máxima por fraude), no se espera que la política sea encarcelada, ya que aún cuenta con fueros que la protegen al menos hasta el 10 de diciembre de 2023, cuando concluya su gestión como vicepresidenta. Aunado a eso, la sentencia debe ser ratificada por la Cámara de Casación y la Corte Suprema, lo que podría suponer un proceso que tome años.
Cabe destacar que originalmente la fiscalía había pedido 12 años de prisión, ya que también se le acusó de liderar una asociación ilícita, cargo que no fue reconocido por el tribunal.
Asimismo, la condena puede ser apelada, lo que representaría años de litigios en los que además de conservar su libertad, Cristina Kirchner podría seguir postulándose para diversos cargos políticos. Al respecto, la aludida aseguró en sus redes sociales que “no voy a ser candidata a nada, ni a senadora, ni a diputada ni a presidenta de la nación”, aunque sí admitió que seguirá participando en la vida política de su país.
“En los alegatos probé absolutamente que no tuve el manejo del presupuesto. Yo no legislo, lo hace el Congreso. Ninguna de las mentiras fueron probadas. Es un Estado paralelo, una mafia judicial que me condenó”, insistió la expresidenta, quien también afirmó que su condena estaba “escrita de antemano”, y que se trata de una persecución a todo el peronismo.
Al darse a conocer la sentencia, fueron cientos los seguidores que se aprestaron para movilizarse a su favor. “Si tocan a Cristina, paramos el Estado. No vamos a permitir un ‘Lula’ en nuestro país”, había declarado días atrás Daniel Catalano, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado. Al respecto, la vicepresidenta hizo un llamado para que permanecieran en sus casas, con el fin de evitar provocaciones.
La causa tiene un fuerte impacto político en un país polarizado entre el peronismo en el poder y la oposición de derecha, en medio de una grave crisis económica con casi 100% de inflación anual estimada. También es la primera vez en la historia de Argentina que un vicepresidente aun en funciones es juzgado y condenado por la justicia.
“Esto es un pelotón de fusilamiento”, acusó Kirchner a los jueces.
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